España vaciada
Coinciden en las reivindicaciones de las plataformas de la España vaciada en su quinta asamblea en Sotillo del Rincón y defienden que ser menos personas no tiene que restar derechos.
Cerca de 40 plataformas de la España vaciada se reúnen este fin de semana en la localidad soriana de Sotillo del Rincón, de apenas 180 habitantes, para hacer balance del último año y debatir sobre el plan de acción previsto para el próximo año. Las plataformas pertenecen a todo el territorio nacional, de comunidades autónomas como Castilla y León, Extremadura, Castilla La Mancha y La Rioja, entre otras.
Echando la vista atrás, algunos de los portavoces nos cuentan cómo ha cambiado su demarcación. "Teruel desde 1900 hasta ahora ha perdido la mitad de la población, cuando en el contexto general de España se ha duplicado", explica Tomás Guitarte de Teruel Existe.
Lo mismo nota en la provincia anfitriona. "Aquí en el pueblo solo hay tres niños que cuando son mayores tienen que trasladarse al instituto a Soria, lo que hace que la gente deje de vivir en los pueblos", señala Vanesa García, de Soria YA.
Quieren que las calles de la España vaciada se vuelvan a llenar de vida, que pueda asentarse población joven y reclaman mejores infraestructuras como carreteras o recuperar el ferrocarril como ocurre en la provincia de Cuenca porque es lo que "realmente vertebra el territorio y en Cuenca lo hemos perdido", según Mila Herreras de Cuenca Ahora.
Buenas conexiones que acercarían los servicios a estos municipios. "Nos llamamos España vaciada porque consideramos que sí teníamos esos servicios y se nos ha privado". Todo junto con una mejora en la conexión a internet, la cobertura móvil y los medios digitales.
"Queremos que todas las personas vivan donde vivan, en cualquier punto nacional, tengan acceso a internet, cobertura, que estén a 30 minutos de una vía de comunicación y que estemos a menos de 30 minutos de los servicios", argumenta María del Mar Martín, forma parte del órgano coordinador de la Revuelta de la España Vaciada. Su lema, dicen, ser menos no tiene que restar derechos.