España supera los 9 millones de contagios por COVID pero la incidencia acumulada vuelve a bajar

España ha superado este lunes los 9 millones de contagios por coronavirus, y, salvo milagro, superará mañana las 92.000 muertes por COVID. El auge de contagios sigue siendo muy notable tras las fechas navideñas a pesar de las vacunas, mientras la incidencia acumulada continúa desbocada, aunque con un ligero descenso desde el viernes.

El Ministerio de Sanidad ha notificado este lunes 305.432 contagios más, 253 fallecidos y un descenso de 37 puntos en la incidencia acumulada. Con ello, la incidencia se sitúa en 3.381,16 puntos, el total de contagios asciende a 9.280.890 y las muertes totales suponen ya 91.994 desde el inicio de la pandemia, que mañana, con casi toda probabilidad, serán más de 92.000.

España sigue mirando de reojo a las próximas semanas para conocer la evolución de la pandemia, puesto que numerosos gobiernos apuntan a que marzo de 2022 supondrá un punto de inflexión para ver más cerca el final de la pandemia. La OMS ya advirtió a finales de 2021 de que se perderían cientos de miles de vidas de aquí al mes indicado.

La COVID no da tregua en el mundo

El planeta ya ha superado los 352 millones de contagios, una cifra superior a la población total de Estados Unidos, y también se sabe que más de 5,6 millones de personas han perdido la vida por el coronavirus en apenas dos años. Por otro lado, el número mundial de dosis inoculadas es superior a 9.800 millones, es decir, supone de media más de una dosis por habitante.

Estados Unidos es el país que peores estadísticas arroja, con 70,7 millones de compatriotas contagiados desde que se originó la pandemia, y más de 866.000 fallecidos. Francia, Alemania, Italia y Portugal son otros países que no lo están teniendo nada fácil. Tampoco China, aunque en su caso, recurren a medidas que rozan la crueldad absoluta para evitar cualquier posible brote.

Por otro lado, más de la mitad de la población mundial ya está vacunada. No obstante, preocupa el caso de países como la mayoría de los situados en el sur de África, que tienen a muy poca población inmunizada y luchan a contrarreloj para evitar brotes masivos y la posibilidad de que surjan nuevas variantes, tal y como sucedió con ómicron en dicho continente.