Transporte
Muchos transportes podrían dejar de funcionar en España debido a la escasez de una pieza que todos los vehículos necesitan para funcionar correctamente.
Si la posibilidad de que se produjera un apagón eléctrico ya causó pánico en España, ahora hay un problema adicional, que consiste en la hipotética probabilidad de que los transporten dejen de funcionar. Ello se debe a que una de sus piezas fundamentales, necesaria para su correcto funcionamiento, escasea en el mercado y podría dejar tirados a numerosos conductores.
El elemento necesario en cuestión es el aditivo Adblue, una pieza que es totalmente necesaria para que los coches diésel puedan circular, y que está empezando a escasear en numerosos lugares del planeta. Este aditivo es necesario en los coches para reducir la contaminación desde que entró en vigor un reglamento comunitario que lo exigía a todos los países de la Unión Europea.
El encarecimiento de estos productos ha sido de hasta un 100%, y está sucediendo a costa del continuo ascenso en la factura del gas, puesto que es el material con el que se produce dicho aditivo. Si la factura continúa subiendo, la falta de existencias será cada vez mayor, y quizá se requiera de una nueva medida para que los coches puedan circular sin la presencia de esta pieza.
¿Tanto contaminan los coches?
Una de las razones por las que se implantó el Adblue fue el intentar reducir la emisión de gases a la atmósfera, que por parte de los coches diésel es inmensa. Esta pieza es usada como un filtro para que la contaminación sea menor, puesto que el modelo de coches diésel transmite una gran cantidad de contaminación que en ocasiones llega a generar nubes de polvo.
En China, se tiene un buen ejemplo de ello. En diversas ocasiones, se ha podido contemplar Pekín inmersa en una gran nube marrón provocada por la contaminación de los coches diésel que hay a lo largo de la ciudad. Durante su confinamiento a principios de 2020, la contaminación en todo el país registró mínimos históricos.
Además, el Adblue ha servido para que la mayoría de coches diésel puedan continuar funcionando, dado que sin él y su función de regular la contaminación, la mayoría de los ciudadanos se vería obligado a comprarse un vehículo eléctrico, gasto que a mucha gente le sería imposible de realizar.