Historias bonitas
Todo surgió hace casi dos años cuando Paco salvó la vida al animal. Desde entonces se han vuelto 'inseparables'.
La amistad puede surgir en los lugares más inesperados y no entiende de edades, razas… o en este caso, especies. Paco es camarero en un restaurante costero en Punta del Hidalgo, una localidad de la isla de Tenerife. Su vida transcurría de la forma más rutinaria hasta que un día una gaviota se cruzó en su camino.
Paco se encontró un día, mientras paseaba cerca de su trabajo, con un pájaro herido en un charco. El animal parecía que no podía salir de allí por sus propios medios y, contrariamente a lo que otros hubieran hecho, decidió rescatarlo y ayudarlo. Fijándose bien, vio que tenía un anzuelo clavado en la pata derecha, y se lo quitó. Le curó la herida con el botiquín del propio restaurante y se lo llevó a su casa, dentro de una pequeña caja, para cuidarlo.
Paco bautizó a su nueva amiga como Rosita y cuidó de ella hasta que se recuperó. Cuando pasaron unos días y la gaviota se encontró ya mejor, Paco la echó a volar desde la azotea de su casa y se despidió de ella, pensando que no la vería más.
Tras casi dos años del rescate y sin saber nada de Rosita, como era lógico, cuál fue su sorpresa cuando sus compañeros de trabajo le avisaron de la presencia de una gaviota adulta que no abandonaba la zona cercana al negocio. ¿Sería Rosita?
Al ir a comprobar si era su gaviota, Paco no daba crédito: sin ninguna duda, se trataba de Rosita. Él la identificó claramente por la cicatriz que el animal tiene aún en la pata, fruto de aquel anzuelo clavado que él le quitó, salvando su vida. La gaviota ahora frecuenta el restaurante donde trabaja Paco y él la sigue cuidando, dándole de vez en cuando algo de comida.
A través de un vídeo grabado por Ariadna, una vecina de la zona, se puede ver cómo a partir de aquel día Rosita acude prácticamente todos los días al restaurante a visitar a Paco, quien reconoce que a partir de ese momento "empezó una relación muy bonita de lo que es el hombre y los animalitos". Una historia de amistad con un animal de compañía un tanto inusual.
La gaviota siempre ha sido considerada un animal agresivo; en películas como 'Buscando a Nemo' era plasmada como un pájaro que picoteaba todo lo que encontraba. Aunque también son populares las historias donde queda patente su inteligencia, como aquella gaviota que robó un tentempié en una multitienda.
Siempre se ha hablado de la memoria que tienen los elefantes; a partir de la historia de Paco y Rosita habrá también que hacer referencia a la de las gaviotas, un animal habitualmente considerado poco dado al contacto con humanos, pero que también puede forjar una relación basada en el agradecimiento por un gesto solidario con los más vulnerables.
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