EL TESTIMONIO DE ANDREA
Andrea era todavía una niña cuando sufrió malos tratos de su pareja, también adolescente. Recuerda que tenía 15 años cuando comenzó todo. Primero fue el control de su teléfono y después el de sus relaciones con otras personas como sus amigas. Y reconoce que ella lo veía normal.
Durante año y medio soportó este control hasta que llegó la primera agresión. "Había quedado con una amiga para tomar un helado, y él al enterarse que se lo había ocultado me estampó contra un cristal", relata.
Las amigas de Andrea se lo contaron a los agentes tutores. Estos hablaron con el chico, pero nada cambió. Entonces la denuncia llegó a la fiscalía de menores. El objetivo de este organismo es reeducar al joven maltratador en paralelo a otra serie de medidas entre las que figuran la libertad vigilada, acompañada del posible alejamiento de la víctima, y en muy pocos casos, el internamiento en un centro de menores.
Las denuncias de las menores han aumentado, pero todavía se da el caso de muchas jóvenes que aceptan el control que algún chico ejerce sobre ellas.