INSECTOS, ESPUMA Y RESIDUOS
Aguas amarillentas, espuma y residuos flotantes. Es la estampa que captura casi un millón de turistas al año, la del Tajo a su paso por Toledo. La ciudad, Patrimonio de la humanidad, vive cercada por un río de contaminación.
Hacer piragüismo en Talavera de la Reina entre malos olores y mosquitos, o salir a correr por su ribera supone un riesgo para la salud.
La situación no es nueva. Pero cada vez es más frecuente y ni siquiera hay tregua en agosto. Acusan a la contaminación que baja del Jarama, a la mala depuración y, en los últimos años, también al bajo caudal en que se mantiene el río por el trasvase Tajo-Segura.
La sequía afecta también a sus embalses: Entrepeñas y Buendía están a menos del 12 por ciento de su capacidad. Las competencias, compartidas entre ayuntamientos, la Junta de Castilla La Mancha, Comunidad de Madrid y la propia confederación, hace que se diluyan las responsabilidades. Lo que sí esta claro es quien sufre las consecuencias: los vecinos y los comerciantes.