EL TELÉFONO APARECIÓ EN LA RÍA

Juan Carlos Quer, tras la aparición del teléfono: "Que se intentara destruir evidencia que alguien intentaba protegerse"

Alguien intentó desbloquear el teléfono de Diana Quer hasta en siete ocasiones, algo que a su madre le generó "mucha angustia" porque si la joven hubiera estado presente o consciente, podrían haberla "amenazado o forzado y hubiera dicho la contraseña".

El entorno de Diana Quer ha estado en el punto de mira de la investigación, pero es algo lógico pues "cuando hay una muerte, un asesinato, según la criminología en el 95% de los casos la resolución está vinculada al entorno de la víctima y con las desapariciones igual", explica el periodista Nacho Abad.

La Guardia Civil no descarta ninguna hipótesis y también investiga a los padres. Comienzan registrando el domicilio de la madre, donde vivía Diana. "Se ha investigado todo, hasta las pequeñas confusiones que pudo tener la madre al principio con la vestimenta", cuenta el periodista Alfonos Egea.

También fueron objeto de investigación los negocios de su padre y la vida acomodada de la familia, lo que hacen pensar en un móvil económico. "El padre es empresario y la Guardia Civil se ha planteado la posibilidad de que hubiera algún negocio turbio o extraño que pudiese haber fomentado una venganza", dice Nacho Abad.

Sin embargo, Juan Carlos Quer puso a disposición de los investigadores todos los libros de cuentas de sus empresas", dice Egea, pero con el paso del tiempo el hecho de que "nadie haya pedido una recompensa económica o que no haya dado una prueba de que Diana ha sufrido algún daño para vengarse de su padre, hace que esa línea de investigación muera en sí misma".

La investigación avanza, pero por fin llega un momento en el que se localiza la prueba que puede cambiarlo todo: el teléfono móvil de Diana Quer.

El teléfono de Diana apareció en el mismo lugar donde se pierde su señal. El móvil llevaba dos meses sumergido en la ría bajo el viaducto de la autovía de Barbanza, a solo 17 kilómetros de donde se ve a Diana por última vez.

Es el único punto del recorrido que cruza la vía y quien lo lanzó lo hizo con la intención de destruirlo por completo. "Que se intentara destruir el teléfono evidencia que alguien intentaba protegerse de alguna información", dice Juan Carlos Quer, padre de Diana.

La periodista de Antena3 TV Galicia Susana López cuenta que se cree que "iban al menos dos personas en ese coche porque es imposible tirar el teléfono desde el puesto del piloto". Cuenta que hicieron una prueba y "jamás pudimos arrojarlo a la ría".

Tras encontrarlo, el teléfono de Diana llegó al laboratorio de criminalística de la Guardia Civil en condiciones lamentables pero no reaccionó a ningún estímulo. Sin embargo, los investigadores volcaron sus esfuerzos en ese móvil porque podía contener datos valiosos sobre los últimos minutos de Diana.

Manuel Huerta, experto en informática forense y colaborador de la Guardia Civil en el descifrado de teléfonos dice que el móvil de Diana "se tuvo que recibir en los laboratorios en el mismo agua en el que había sido localizado.

Se somete a todos los componentes eléctricos a un proceso de ultrasonido para limpiarlo y retirar cualquier resto", pero lo que realmente importaba era "una placa con la memoria del teléfono, que es donde se tiene que acceder".

Las piezas originales del móvil de Diana se montaron en un terminal idéntico y se pudo encender, sin embargo se encontraron con algo que no esperaban: alguien había intentado acceder al móvil de Diana antes de lanzarlo al mar.

"Alguien intenta desbloquear hasta siete veces el teléfono. Ese a mi me generó mucha angustia porque si Diana va en el coche y está consciente, con haberla amenazado o forzado, ella hubiera dicho la contraseña. O iba inconsciente o no iba en el coche", dice la madre de Diana.

Lo que hay dentro de ese móvil es imposible saberlo de momento pues para entrar en él se necesita una clave que solo Diana conocía. Antes su código era su fecha de cumpleaños, pero tras una discusión con su hermana lo cambió y el problema al que se enfrentan los investigadores es que todos los iPhone tienen una opción mediante la cual tras diez intentos fallidos se borra el contenido del teléfono.

"Vivimos con la esperanza de que el teléfono va a resolver el caso, que nos va a dar al autor de su desaparición, pero eso ni si quiera se sabe", dice Alfonso Egea.

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