Coronavirus
Jordi Valldaura es un español de 40 años contagiado de covid-19 el pasado mes de marzo. A día de hoy arrastra las secuelas de la enfermedad tras pasar casi tres meses en la UCI.
Jordi se contagió de coronavirus al inicio de la pandemia en marzo y llegó a pasar 80 días en la Unidad de Cuidados Intensivos. "A finales de mayo había perdido 35 kilos, tenía solo piel y hueso, no tenía fuerza, sentarme me costaba y ponerme de pie era horrible", cuenta el paciente.
Entre las secuelas del coronavirus describe una fatiga continua y una cojera en uno de sus pies: "Hago dos series y ya me baja la saturación de oxígeno, me agoto y me canso muy rápido. La otra secuela que me ha quedado a largo plazo es lo que se llama 'pie equino', tengo el pie caído y no lo puedo levantar".
El paciente no tenía patologías previas
"Se ha ido complicando en el camino, no solamente ha sido una infección por covid como tal, ha tenido infecciones y complicaciones de por medio", explica el subdirector médico del Instituto Guttman, Cristian Figueroa.
Su caso no presentaba enfermedades crónicas previas, pero el coronavirus propició el desarrollo de varias dificultades durante su estancia en el hospital. "Me tuvieron que operar de urgencias un par de veces, trombosis, hacía sangrados en los pulmones y creaban coágulos, 18 broncoscopias, infecciones sobre infecciones...", cuenta Jordi.
El paciente recuerda esos días de dolor con algún momento emotivo: "Una vez a mediados de junio, cuando el personal de la UCI me sacó a la entrada para poder ver a mis hijos lo primero que dijeron fue: ¡Ostras, si parece un abuelo!"
Valladura aprovecha ahora para agradecer a todos los sanitarios que lo ayudaron a continuar con su recuperación medio año después de su diagnóstico de covid-19: "Solo hay un camino y es tirar para delante".