Coronavirus
Han sido dos meses y medio de trabajo de 16 profesionales del sector del audiovisual. La historia de Hermann es de esas que no podía caer en el olvido. Probablemente él dejará de recordarla en breves, quizá lo haya hecho ya. Pero ahora podrá verse representado en un cortometraje de animación que se ha inspirado en él para mostrar otra de las caras de este confinamiento.
Una de las más entrañables es Hermann, un alemán que ha acabado en Vigo, como suele ocurrir, por amor. Se casó con una gallega y ahora, superados ya los ochenta, los dos han tenido que enfrentarse a una de las pruebas más duras; el alzheimer.
Hermann lleva la enfermedad mejor que su mujer, pero a ambos les resulta casi imposible ya comunicarse. Él ha olvidado el español que tan bien dominaba, y a ella le ha pasado lo mismo con el alemán.
La cuidadora pone voz entre la pareja
Ahora es Tamara, su cuidadora, la que se encarga de poner la voz en esta casa. Y aunque la voz es necesaria, Hermann tiene otro as en la manga para comunicarse, su armónica.
Animado por Tamara, cada tarde el anciano salía al balcón minutos antes de las 20 horas, durante el confinamiento por el coronavirus, para mostrar su apoyo con su música.
Lo que no esperaba la sanitaria es que los aplausos que se producían después fuesen interpretados por el músico como el resultado de su actuación. Tanto fue así, que sus vídeos se hicieron virales.
Ahora, su historia ha servido de inspiración para un corto de animación, creado por ’23 Lunes’, sin ánimo de lucro, como un homenaje a todos los héroes de este marzo del 2020: sanitarios, científicos, profesionales de residencias y todas esas personas que en general han cuidado de otras durante este confinamiento.