¿HABLAMOS DEMASIADO ALTO?
Málaga, 12 de la mañana: el centro está repleto de turistas. Preguntamos y sí, piensan que se habla muy alto, aunque a muchos no les importe.
Somos conocidos por ser escandalosos, no lo podemos negar. En el mercado, en los bares o en las terrazas. Y si lo mezclamos con algo de fiesta, ya, imposible el silencio. Somos absolutamente incapaces de hablar sin levantar la voz, incluso algunos piensan que es una característica propia.
Aunque lo cierto es que, desde el Ayuntamiento, llevan tiempo luchando contra el ruido. El año pasado más de 3.000 niños se quedaron sin actividades extraescolares: se prohibieron porque los botes del balón molestaban a los vecinos. Hoy hemos intentado hablar más bajito... pero parece que aquí, de momento, la mayoría ni se plantea lo de bajar el volumen.