EL 95% DE LOS HOTELEROS CIERRAN EN INVIERNO

El duro invierno de las zonas turísticas de Mallorca

El sol y playa son uno de los principales reclamos turísticos de nuestro país, pero en otoño, muchos establecimientos se ven obligados a cerrar. De ahí, que en Baleares cerca del 90 por ciento de las ciudades superpoblados en verano pasen a ser localidades fantasma.

Han bajado las persianas y echado el cierre. Y es que lo que en verano era un continuo paso de personas con maletas, en invierno se ha transformado en recepciones completamente cerradas. Estos días por las calles de las zonas turísticas veraniegas no ha pasado un alma y se han convertido en zonas turísticas fantasma. Años atrás había una ocupación en invierno, pero hoy apenas hay algún establecimiento abierto.

En el Arenal de Mallorca, en el que se cubrieron sus 31.000 plazas este verano, ahora más que turistas se ven a obreros y fontaneros que realizan en estos momentos las reformas para el próximo verano. Por su parte, en Cala D'Or con sus 15.000 camas ocupadas en verano, ahora es muy difícil encontrar a alguien por la calle o subirse a un taxi en la parada. Por no quedar no queda ni la decoración estival.

El éxodo invernal es un fenómeno que ocurre todos los años. Por ello, el 95% de los hoteleros de estas zonas no cubren gastos y cierran de noviembre a Semana Santa. Con este cierre, la caja de bares y restaurantes se resiente y por ello muchas personas que ya han trabajado dos meses y medio, tienen por delante más de nueve meses en los que tienen que esperar, con la única compañía durante del ruido del mar.

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