Medicina rural
La situación de precariedad de los profesionales sanitarios se agudiza en el medio rural donde muchos médicos y enfermeras tienen que desplazarse pueblo a pueblo por carreteras de montaña.
Mónica Calderón abandona el centro de Salud de Guardo, en Palencia, donde trabaja. Hoy pasa consulta en Camporredondo de Alba, una pequeña localidad de la montaña palentina. Y lo hace con su propio coche. "Yo voy a todos los sitios con mi coche particular. Yo me encargo de su mantenimiento, de las revisiones y si le pongo neumáticos de invierno es porque me siento más segura", explica. Esta enfermera rural realiza una media de 700 kilómetros al mes por carreteras del alta montaña con nieve, hielo y más de un sobresalto. "Un día te encuentras unas vacas en la carretera. El otro día tuve que esquivar a unos burros", señala mónica.
Hace unas semanas, harta de sentirse olvidada por la administración, denunciaba en sus redes sociales la situación de abandono que sufren profesionales como ella que trabajan en el medio rural. "Yo elegí este trabajo y esta zona porque soy de aquí y quiero ayudar a mi gente, pero entiendo que una enfermera que tenga como opción trabajar en un centro de salud, sin tener que desplazarse en un entorno como éste, no elija venir aquí", se lamenta. Pero Mónica, cree en su trabajo y en la importancia de seguir prestando este servicio en los pueblos, por muy pequeños que sean.
Llegamos a Camporredondo donde la esperan. Rodeados de medio metro de nieve, los vecinos han conseguido abrir camino hasta el consultorio. "Es muy bueno que no nos olviden", dice uno de ellos. "Saber que viene periódicamente te da tranquilidad", responde otra mujer que acude a la consulta.
La asistencia sanitaria fija población, hace que los pueblos no mueran, y eso lo sabe muy bien Mónica. Por eso y, pese a las dificultades, se enorgullece de contribuir a ello.