Galicia
El aparato, fabricado por un empresa viguesa en colaboración con otra de Portugal, ya se ha incorporado a parte de la flota de arrastre que faena en el Atlántico.
Tiene forma de “U” y, a simple vista, podría parecer un flotador salvavidas pero USafe, que así se llama, va mucho más allá. Pesa unos 15 kilos y puede sobrevolar las olas a una velocidad de 15 kilómetros por hora, lo que le permite actuar en un radio de 500 metros en apenas unos segundos.
Cuando un marinero cae al mar en invierno, o en las frías aguas del Atlántico, corre el riesgo de sufrir hipotermia. Lanzar un bote salvavidas puede suponer una demora de unos seis o siete minutos y, “con temperaturas tan bajas es demasiado tiempo para que el ser humano lo soporte”, explica Roberto Fontán, gerente de la empresa gallega. Con este dron, que se puede dirigir al puente de mando del barco, donde el ángulo de visión es más amplio, puede llegar a la víctima en pocos segundos. Desde la propia embarcación, y por control remoto, se le va dirigiendo hasta que llega al marinero caído, con una autonomía de 35 minutos.
Tiene unos 80 centímetros de ancho y un metro de alto, es de poliuretano y su carcasa no se altera con el frío, con lo que puede mantener a la víctima con una buena temperatura pese a estar en el agua.
El dron se probó primero con éxito en aguas de Galicia, en Marín y Baiona, y ahora la flota de Rampesca, armadora propietaria de tres grandes buques congeladores, los ha incluido también abordo. Además, próximamente, se harán los primeros testeos con buques de la Armada.