GPS
Dos turistas alemanas quedaron encajonadas ante la iglesia de San Roque, en Combarro, haciendo caso a las pautas que dictaba su navegador.
Es ya un clásico de verano: turistas que únicamente se fijan en lo que marca el GPS para llegar a su destino, hacen caso omiso de las señales de prohibición, y terminan atrapados.
El último caso lo encontramos en la tarde del martes. Dos mujeres, de origen alemán, interesadas en visitar el casco histórico de la villa turística de Combarro, en Pontevedra, quedaron encajonadas y el coche inmovilizado.
Iban a visitar la iglesia de San Roque pero el navegador les dirigió por una de las zonas restringidas al tráfico, ya que la zona monumental está declarada Conjunto Histórico Artístico desde los años setenta. Avanzaron por calles estrechas hasta que tuvieron que detener el vehículo, para sorpresa de los vecinos de la zona que no daban crédito a lo que estaban viendo.
El resto de la historia la ejecuta ya la policía local de Poio, localidad contigua, que fue alertada por varios viandantes. Ayudados por vecinos y por varios hosteleros de la zona, con una grúa, pretendieron deshacer lo andado.
Una serie de maniobras muy complicadas debido a la estrechez de las calles. A última hora de la tarde lograron retirar el vehículo y las turistas pudieron visitar la villa, esta vez, a pie.