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Dos policías gemelos de Ourense, presuntos culpables de matar a un compañero y fingir su suicidio

La juez ha concluido la investigación y considera que los dos hermanos podrían ser culpables por delitos de asesinato u homicidio y de robo con fuerza.

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Un jurado popular tendrá la potestad de resolver uno de los crímenes más mediáticos de Galicia. Los gemelos Roy y Bernardo D.L., que asumieron puestos de relevancia en la Comisaría de la Policía Nacional de Ourense, estuvieron investigados por la muerte de un compañero y por un caso de corrupción policial. La juez ha cerrado la investigación, determinando que los dos policías gemelos podrían haber cometido el asesinato de su compañero y deberán comparecer en un tribunal de jurado.

Una historia de 2014

A finales de 2014 e inicios de 2015, una persona accedió al búnker de la Comisaría de Ourense y se llevó un total de seis armas. Más tarde, unos escritos anónimos que fueron enviados a asuntos internos y a los medios de comunicación centraban la investigación en una supuesta trama organizada por varios policías de la unidad de estupefacientes que compraban a través de armas oficiales los favores de supuestos confidentes relacionados con el mundo del narcotráfico.

13 policías estuvieron implicados, aunque las resoluciones acabaron archivadas o resultaron absueltos. Al año siguiente, en 2016, el agente Celso Blanco apareció muerto de un disparo en su despacho con una de las armas que habían sido robadas. Junto al cadáver se encontraban tres de las seis armas de fuego, y supuestamente había escrito varios correos electrónicos y wasaps en los que se auto inculpaba.

Indicios "múltiples y unívocos"

La magistrada del Juzgado de Instrucción número 3 de Ourense ha afirmado que existen indicios "múltiples y unívocos" de que los dos policías gemelos "de forma conjunta y planificada", robaron las seis armas de la comisaría con el objetivo de no ser inculpados e "hicieron uso de una de ellas para propinarle un disparo en la cabeza a su compañero, atribuyéndole el envío de anónimos y la sustracción de las armas". En 2018 fueron detenidos y han estado acudiendo semanalmente a los juzgados para declarar.

La juez también ha señalado que los dos investigados realizaban "funciones de importancia en la comisaría", pero con la llegada de un nuevo comisario "se vieron desplazados" por otros compañeros. Asimismo, la magistrada ha afirmado que "se sintieron menoscabados profesionalmente", por lo que intentaron perjudicar a aquellos agentes que les hacían sombra.

Falta de ADN

El escenario del crimen no era propio de un suicidio. Existían varias manchas de salpicadura de sangre en las extremidades del fallecido, que involucran a una tercera persona. Los asesinos se equivocaron limpiando en exceso el escenario, ya que de las tres armas que habían sido robadas sólo tenía una muestras de ADN. La juez ha señalado que "carece de lógica que no haya ADN de la víctima si fueran dejadas por ella una vez tomada la decisión de matarse y de enviar un mensaje reconociendo la sustracción".

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