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Fiestas de verano

Dos imágenes en las fiestas de Gracia: botellones y grandes aglomeraciones frente a los conciertos seguros

Las fiestas del barrio de Gracia, en Barcelona, se están celebrando estos días y la guardia urbana no da abasto para que centenares de jóvenes cumplan con las medidas de seguridad para evitar los contagios por COVID-19

Agosto siempre ha sido al mes por excelencia de las fiestas de verano de los diferentes municipios de España. Con la llegada del coronavirus, estos momentos tuvieron que suspenderse el pasado año 2020 y, a la vista de la situación epidemiológica de España, se buscan alternativas este 2021. Sin embargo, parece que la vacuna ha hecho olvidar a cientos de personas que el peligro sigue acechando y, en los últimos días, las calles de diferentes localidades se están abarrotando de gente celebrando las fiestas patronales. Uno de los casos más recientes es el del barrio de Gracia en Barcelona.

Las mascarillas y la distancia social la dejan en casa y aprovechan los últimos días de verano para salir a beber a las calles. Además, incumplen el toque de queda, ya que en la capital catalana tiene restricciones de movilidad a partir de la 1:00 horas de la madrugada por el alta incidencia acumulada por COVID-19 en las últimas semanas.

Dos imágenes en una misma calle

Decenas de jóvenes se reunieron en el barrio de Gracia este martes de madrugada para hacer botellones. Sobre las 2:00 horas, la Guardia Urbana tuvo que desalojarlos. Muchos jóvenes han preferido no respetarlo para poder celebrar las fiestas del barrio. Además de no cumplir con las normas de seguridad por el coronavirus, como el uso de la mascarilla en grandes aglomeraciones o mantener la distancia de seguridad, también se encontraban consumiendo alcohol en la calle un delito que con lleva multas de hasta 1.500 euros.

Es una imagen que se repite a diario desde que comenzaron las fiestas de Gracia y que contrasta completamente con las fiestas propiamente dichas, que sí se están celebrando pero cumpliendo con la recomendaciones sanitarias y las normas establecidas desde el Ayuntamiento.

Son dos imágenes en una misma calle. Tan solo les separa unas vallas metálicas que limitan los aforos del concierto que se está celebrando en una de las plazas características del barrio. Concierto con aforo y sillas en un lado de la calle y multitud de jóvenes aglomerados en el otro. Unos metros más allá, botellones. Además, los vecinos se quejan de que no les dejan descansar y, cuando llega la Guardia Urbana, algunos se resisten a las indicaciones de los agentes y forman barricadas para evitar marcharse a casa.

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