Erupción La Palma
El 19 de septiembre de 2021, el volcán entraba en erupción. Dos años después, la isla no ha recuperado la normalidad. Cientos de afectados se quedaron sin casa y muchos no han podido volver por culpa de los gases.
El 19 de septiembre de 2021 entraba en erupción el volcán de Cumbre Vieja en La Palma, un día que supuso una catástrofe para toda la isla. Dos años en los que el paisaje ha cambiado pero también la realidad de sus vecinos.
Los movimientos sísmicos, cerca de 700, llevaban produciéndose con intensidad desde hace varios días. No fue hasta el domingo 19 de septiembre a las tres y cuarto de la tarde cuando comenzó la erupción.
La tensión era palpable en cada rincón de la isla, toneladas de cenizas y gases que el nuevo volcán no paraba de emitir durante día y noche. La lava se abría paso cada minuto que avanzaba arrasando todas y cada una de las edificaciones que se encontraba a su paso. Más de 7.000 personas desalojadas y miles de edificaciones completamente destruidas.
Se crearon seis cráteres y la longitud media de la base del edificio volcánico alcanzó los 700 metros.
Una de las imágenes que jamás se podrá borrar de la memoria de los palmeros es la de aquel 26 de septiembre cuando la lava arrasó por completo la iglesia de Todoque. Las evacuaciones se producían a contrarreloj y muchos vecinos tuvieron que refugiarse en sus viviendas por la emisión de gases y la mala calidad del aire, las cenizas alcanzaron a toda la isla incluso, llegando al resto del archipiélago.
El catastro estima que unas 1.676 viviendas y construcciones se vieron afectadas, Mientras, el satélite Copernicus cifra en cerca de 3.000 las edificaciones destruidas y en 138 las edificaciones dañadas. La agricultura también sufrió los efectos, en su gran mayoría plataneras. El aeropuerto de La Villa de Mazo permaneció 9 días inoperativo afectando a unas 500 operaciones aéreas.
Dos años después, La Palma se enfrenta a una nueva era. La Bombilla y Puerto Naos siguen teniendo niveles muy altos de gases que impiden volver a los vecinos, algunos empiezan a rehacer sus vidas en nuevas viviendas. Otros siguen reivindicando ayudas mientras que más de 70 personas siguen alojadas en hoteles de la isla.