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Las Dominicas de Alcalá la Real piden ayuda para poder arreglar su convento y no tener que marcharse

Las Dominicas de Alcalá la Real, en Jaén, piden ayudan a la ciudadanía para poder arreglar las cubiertas del convento y no tener que marcharse de su hogar.

Las hermanas Dominicas de Alcalá la Real, en la ciudad de Jaén, han hecho una petición a la ciudadanía para conseguir su ayuda y poder arreglar los grandes desperfectos que se encuentran en el Monasterio de la Encarnación por el largo paso del tiempo.

Las hermanas piden ayuda para poder arreglar las cubiertas del Monasterio, que es para ellas su hogar, y que están muy deterioradas debido al tiempo y al material mal utilizado y de mala calidad en su reconstrucción una vez terminada la Guerra Civil española.

En el año 2008 el convento estuvo a punto de cerrarse por falta de vocaciones. Sin embargo, en octubre de ese mismo año llegaron las tres primeras hermanas que procedían de Madagascar y la comunidad de hermanas comenzó a resurgir.

En la actualidad residen en el convento 14 hermanas de entre 27 y 90 años, las cuales esperan que próximamente lleguen nuestras incorporaciones. La única opción para que esto suceda es arreglar los destrozos del convento y tal y como informa sor Carmen “el convento está muy vivo, pero así no podemos seguir mucho tiempo”

Hasta el momento las hermanas han ido arreglando pequeñas cosas por su cuenta, pero la reparación de la cubierta llega hasta los 330.598 euros. Esta es una gran suma, y más para personas que se dedican al rezo además de a las obras de caridad donde reciben algunos ingresos por la venta de dulces y pequeños trabajos que encargan algunas empresas.

¿Qué clase de destrozos hay en el convento?

Las hermanas han publicado un vídeo desde el monasterio para poder mostrar el estado del lugar. Algunos techos están a punto de desplomarse y las tuberías se hunden, además las paredes se caen y la preocupación es alta ya que, si esto no se arregla, tendrán que dejar de vivir en el convento, donde la seguridad ahora mismo no es buena.

Las catorce hermanas, que ahora viven felices y a gusto, piden ayuda para poder continuar en su hogar y seguir aumentando el número de hermanas en la abadía.

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