MINTIÓ EN LA COMISIÓN DE INVESTIGACIÓN
El doctor Simón Viñals, encargado del servicio médico privado que cubrió la fiesta del Madrid Arena, se ha retractado en su declaración ante el juez Eduardo López de lo afirmado en la comisión de investigación municipal y ha reconocido que en "el botiquín" que se instaló en el pabellón municipal no había dos enfermeros, como sostuvo en su momento, sino que contó con un auxiliar de Enfermería.
Así lo han manifestado los abogados Felipe Moreno y Abdon Núñez, que representan a dos de las familias de las cinco víctimas, tras concluir el interrogatorio. Viñals ha comparecido en calidad de imputado ante las partes, mientras que su hijo lo hará el próximo 7 de junio tras aplazarse su interrogatorio.
"Ha habido muchos fallos y contradicciones que denotan la falta de profesionalidad", dicen los abogados
Los abogados han anticipado que solicitarán que se abra una pieza de responsabilidad civil para que Simon Viñals, de 77 años, deposite una fianza para asegurar las posibles responsabilidades económicas que se deriven del proceso penal.
Tras concluir la declaración, que se ha prolongado durante unas cuatro horas, los letrados han criticado que Viñals haya incurrido en numerosas contradicciones y le han acusado de faltar a la verdad en todo. "Ha habido muchos fallos y contradicciones claras que denotan la falta de profesionalidad, a lo que se suma la manera en la que prestaron el servicio", ha dicho Felipe Moreno, que defiende a la familia de Rocío Oña.
Respecto a las contradicciones en las que habría incurrido, Moreno ha recordado que en la comisión municipal celebrada el pasado noviembre aseguró que iba asistido de dos enfermeros, mientras que en su comparecencia judicial de este lunes ha dicho que solo había un auxiliar de Enfermería.
En la comisión de investigación, el doctor aseguró que realizó una llamada al Samur, un extremo del que se habría reafirmado durante su comparecencia. Sin embargo, según los letrados, habría asegurado al juez que quizá no habría salido la llamada.
Abdon Ñúñez, que ejerce la acusación en nombre de la familia de Belén Langdon, ha destacado que el médico no ha podido acreditar "nada", ni siquiera el material del botiquín.
Fue un técnico de una unidad móvil de soporte avanzado el que llevó el desfibrilador
"Todo lo que le perjudica, como la declaración de San Juan --el responsable del Samur-- o los documentos aportados por Diviertt, dice que son falsos. Todo lo que no le interesa es falso y todo lo que dice para nosotros es contradictorio. No hace más que liar todo para que no se le pueda decir nada", ha criticado.
Respecto al material, según los abogados, el médico habría reconocido que el botiquín no contaba con ningún desfibrilador, tal y como sostenía al principio. En este sentido, las partes han visionado esta mañana unas imágenes que acreditan que efectivamente fue un técnico de una unidad móvil de soporte avanzado el que llevó el desfibrilador cuando las jóvenes fueron trasladadas, tardando cerca de 13 minutos.
"Falta a la verdad permanentemente. En el botiquín no había desfibrilador y solo había una camilla", ha indicado Núñez y ha añadido que para Viñals el despliegue médico era suficiente.