DISTURBIOS EN EL MADRILEÑO BARRIO
El céntrico barrio madrileño de Lavapiés intenta volver a la normalidad tras los disturbios vividos anoche después del fallecimiento de Mmame Mbage, un vendedor del top manta que sufrió un infarto en la zona.
Lavapiés es un barrio donde conviven vecinos de 88 nacionalidades, siendo uno de los más multiculturales del país con 10.000 extranjeros conviviendo.
Muchos fueron testigos de los disturbios que se vivieron este jueves por la noche y hay división de opiniones sobre la actuación policial.
Hay vecinos que dicen que fueron testigos de esa persecución de la Policía al mantero hasta el momento que se desploma, llegan a decir que se negaron a darle auxilio mientras que otros dicen que simplemente iba caminando cuando se cae al suelo y que precisamente son dos agentes de la Policía los que acuden para ayudarle.
Basta con darse un paseo por el madrileño barrio para darse cuenta de que no es un día más en Lavapiés. Contenedores quemados, cristales rotos y comercios afectados son algunas de las consecuencias de los graves disturbios que se han vivido en la zona.
Sin embargo los vecinos no se ponen de acuerdo sobre de quién es la culpa. "No son los senegaleses, hay una banda de españoles", dice una vecina del barrio. Sin embargo, un hombre asegura que es culpa de "los antisistema, que no pagan ni un duro y quieren vivir del cuento".
Respecto a la supuesta persecución por parte de los policías, dos vecinos enfrentan sus opiniones. "Vi al chico que se desplomó, no vi que nadie le perseguía y vinieron rápidamente dos personas a ayudarle porque estaba convulsionando. Después vinieron dos policías y le empezaron a hacer maniobras de reanimación", asegura un joven, a quien una mujer le responde asegurando que "lo venían persiguiendo desde la Puerta del Sol".
"¿Viste cómo se desmayó?", le pregunta el joven a la mujer, que responde que "venían desde Sol persiguiéndole de una manera brutal y estas redadas empezaron hace mucho tiempo".
"Se persigue a la gente por faltas administrativas, se les mete en la cárcel se les deporta. ¿Se dan cuenta del estado de pánico que tenía que estar para que le dé un infarto a los 35 años porque te persigue la Policía", dice la vecina del barrio.