Tráfico
En España, la red automovilística abarca más de 165.000 kilómetros, distribuidos en diferentes tipos de vías, como autopistas y autovías. ¿Conoces realmente las diferencias entre estas dos categorías?
España cuenta con una extensa red de carreteras que abarca desde las amplias y majestuosas autopistas hasta las serpenteantes carreteras locales. Para los conductores, comprender las características distintivas de cada tipo de carretera es esencial para garantizar un viaje seguro y eficiente.
Las autopistas son la joya de la corona de la red de carreteras española. Con un pavimento de alta calidad, dos o más carriles anchos en cada sentido y una separación física entre ambas direcciones, las autopistas están diseñadas desde cero (es decir, con un trazado nuevo), permitiendo velocidades elevadas y una conducción eficiente, gracias a sus rectas prolongadas y curvas de trazado suave. No tienen acceso a las propiedades colindantes y cualquier tipo de cruce o cambio de sentido ocurre a un nivel diferente.
La velocidad máxima permitida es de 120 km/h, y por ellas pueden circular todo tipo de vehículos, desde automóviles hasta camiones y autobuses, con la excepción de ciclomotores, vehículos de movilidad reducida o de tracción animal, vehículos de movilidad personal (VMP) como los patinetes eléctricos y, por supuesto, peatones. Pueden ser de peaje.
Las autovías comparten muchas de las características de las autopistas, con algunas diferencias: tienen acceso, aunque limitado, a las propiedades colindantes y, al aprovechar el trazado de las carreteras nacionales, pueden incluir curvas más cerradas. España es, detrás de China y Estados Unidos, el tercer país del mundo con más kilómetros de autovías (casi 9.000).
Al contrario que las autopistas, las autovías no son de pago, y tienen las mismas restricciones de paso, excepto en lo que respecta a los ciclistas, que pueden circular por ellas cuando no exista otro trayecto alternativo (y siempre por el arcén). Si la autovía coincide con una carretera de circunvalación en una ciudad, su nomenclatura cambia y la A se sustituye por una letra o letras identificativas de la ciudad en cuestión (por ejemplo, la M-30, en Madrid, y la VA-30, en Valladolid).
Las autovías y las autopistas difieren principalmente en su diseño y características. Las autovías tienen curvas más cerradas, desniveles mayores en las pendientes y a veces arcenes más estrechos. No cumplen con la longitud mínima de las autopistas y pueden tener paradas de autobuses. En las autopistas, el acceso a los inmuebles colindantes se hace a través de vías de servicio, mientras que en las autovías no es obligatorio. Las autopistas están diseñadas para mantener una velocidad constante, con curvas amplias y carriles largos de aceleración y deceleración, aunque algunas autovías también pueden tener estas características sin ser obligatorio.
Por último, la diferencia más notoria en ellas es que las autopistas pueden ser de peaje o libres, mientras que las autovías son de uso gratuito y están mantenidas por el Estado o las comunidades autónomas.
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