Protestas
Iba a ser algo provisional pero ya llevan más de 10 años comiendo en un barracón oxidado. Los padres de casi 300 alumnos del un colegio sevillano Valdés Leal no pueden más. Denuncian que la situación es insostenible.
Lo llaman el comedor de Nunca Jamás. Ese es precisamente el lema de la campaña reivindicativa que han lanzado los familiares. Piden un comedor digno para sus pequeños. Casi 300 niños comen aquí a diario. Lo hacen por turnos y rápidamente porque no entran todos. Los barracones sufren problemas de filtraciones, moho, goteras cuando llueve y altas temperaturas en verano. El agua y la humedad se cuelan por las cubiertas. Varios padres afirman que "nadie comería ahí" ya que "ni siquiera se pueden sentar''.
.''Nadie comería ahí''
En 2007, las familias solicitaron la construcción de un nuevo comedor y en 2012 el ayuntamiento de Sevilla instaló unas caracolas provisionales para cubrir la falta de comedor hasta finalizar su construcción. Las obras del nuevo comedor tendrían que haber empezado en 2019 pero la constructora que consiguió la adjudicación quebró. Todo son promesas que parecen no llegar nunca. Aún así, han conseguido que el ayuntamiento se comprometa a mejorarlo porque llevan demasiados años esperando a que se cumplan los planes establecidos.
¿Qué piden las familias?
Por un lado, las familias exigen a la Junta de Andalucía el desbloqueo del proyecto y el inicio de forma inmediata de las obras para la construcción del nuevo comedor concedido, licitado y presupuestado desde 2019.
De forma paralela, la comunidad educativa exige medidas de carácter urgente que palíen la insostenible situación actual hasta la finalización de las nuevas instalaciones. Dichas medidas consisten en el arreglo y adecuación de las caracolas provisionales por parte del Ayuntamiento de Sevilla y la autorización de la Junta de Andalucía para el desdoble del alumnado en otras zonas del centro que puedan ser utilizadas como salón comedor, con su correspondiente dotación de personal para atender los nuevos grupos.