TESTIGO DEL HOMICIDIO DE OLOT
Diego Alba tuvo la mala suerte de estar trabajando durante la mañana del 15 de diciembre de 2010 en Olot. Diego es pintor y trabajaba aquel día en una obra cercana a 'La Cuina de l'Anna', por eso acudió a desayunar allí.
Se sentó entre Joan y Angel Tubert, como tantos otros días sin saber que padre e hijo morirían minutos después, "un disparo que pensé que era de broma.", "sé lo que no tenía que hacer, levantarme y soltar un taco", declara Diego.
"Se quedó un momento mirando y se marchó", relata Diego Alba. "Le dije, ¡Qué estás haciendo! Al salir yo, se quedó con el arma. Pensé que me iba a disparar. Me tiré al suelo en la carretera y cuando levanté la cabeza vi que ya se marchaba con el coche."
"Conocía de sobra al padre y al hijo, los había disparado", asume el testigo. "El chaval aún estaba con vida pero cuando llegaron los Mossos, llamaron y nos dimos cuenta que este tío había disparado a otras dos personas en el banco."
El disparo era tan potente que si alguien hibiese tenido la mala fortuna de desayunar tras Joan y Albert, "les hubiera dado también", porque el proyectil atravesó a las víctimas. "Al estar contra la pared, la bala se quedó dentro de la pared. La potencia de un rifle de esos hubiera matado a todo lo que hubiera tenido por el camino."
Imposible de olvidar ese 15 de diciembre, Diego tampoco deja de recordar a la madre y viuda de sus dos amigos, "cuando de golpe y porrazo están los dos trabajando y te llaman diciendo que están muertos, tiene que ser un shok."