Día Mundial del Olivo
El olivo es uno de los árboles más importantes a lo largo de la historia. Ha representado la sabiduría, el poder, la paz y la concordia entre pueblos. Cada 26 de noviembre se rinde homenaje a este símbolo universal.
En 2019, la UNESCO aprobó la celebración delDía Mundial del Olivo durante la Conferencia General de París. La fecha escogida fue el 26 de noviembre porque un día como este de 1992 se creó en Madrid el Consejo Oleícola Internacional. Este organismo trata de poner en valor este producto y a los agricultores, así como reivindicar mejoras y políticas que puedan solucionar los retos a los que se enfrenta este sector.
El olivo es un árbol muy importante en todos los países bañados por el mar Mediterráneo. A lo largo de la historia, las ramas de olivo han sido el símbolo de la sabiduría, de la paz y de la concordia. También ha significado poder y victoria en las antiguas civilizaciones como Grecia y Roma. Asimismo, las olivas y el aceite ha servido de alimento a muchas civilizaciones.
El Día Mundial del Olivo se celebra para proteger esta especie vegetal, fomentar los valores que representa y por su importante contribución social, económica y medioambiental.
En España, los olivos son árboles muy apreciados por su gran aporte a la alimentación a través del aceite de oliva, ingrediente esencial en la gastronomía española, y de las aceitunas, una tapa que no puede faltar en ningún bar.
En zonas como Andalucía o Extremadura, los olivos son el motor económico de muchos pueblos y el aceite su oro líquido. En los últimos meses, los precios de este producto se vieron aumentados por la reducción de la cosecha y es por eso que desde el campo piden medidas para poder hacer frente a este tipo de desavenencias.
En una fecha como la del Día Mundial del Olivo, los productores de aceite reivindican la importancia de la agricultura y de su papel en la economía nacional.
Para elaborar aceite de oliva hay que realizar un proceso que engloba varios pasos hasta conseguir el preciado líquido amarillo.
Lo primero que hay que hacer es recolectar las aceitunas cuando están maduras para garantizar la calidad del aceite. Luego, se deben transportar a la almazara lo antes posible para que las olivas no pierdan sus propiedades.
Ya en la almazara, se limpian las aceitunas y se seleccionan las mejores, eliminando las que puedan estar dañadas. Una vez limpias, se muelen o trituran hasta convertirlas en una pasta similar a un puré.
Esa pasta obtenida se prensa hasta que se extrae el aceite y se filtra para eliminar cualquier tipo de impurezas. Cuando el aceite de oliva ya está apto para el consumo, se almacena en depósitos de acero inoxidable y se envasa en las correspondientes botellas o garrafas para que llegue al consumidor final.