Día mundial del Alzheimer
En todo el mundo más de 46 millones de personas viven con la enfermedad de Alzheimer u otro tipo de demencia. Una cifra que se prevé aumentará en los próximos años. Si quieres conocer más sobre las causas, las fases y los últimos tratamientos para combatir esta enfermedad, sigue leyendo.
Este martes, 21 de septiembre de 2021, se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, un tipo de demencia que afecta a 46.8 millones de personas en todo el mundo. El evento fue instituido por la Organización Mundial de la salud (OMS) y auspiciado por Alzheimer's Disease Internacional (ADI) en 1994.
Aunque el 21 de septiembre es conocido por ser el Día del Alzheimer, en el año 2012 la ADI decidió extender la conmemoración por todo el mes de septiembre, por lo que ahora es conocido como el Mes del Alzheimer. Esta enfermedad se considera como una epidemia creciente, debido a la elevada cifra de personas que la padecen. Si no hay descubrimientos novedosos para su tratamiento, se estima que para el 2030 más de 74 millones de personas padecerán esta demencia. Para el 2050, las tasas podrían superar los 131,5 millones.
Causas del Alzheimer
Aunque hace más de 100 años se descubrieron los cambios microscópicos que ocurren en el tejido cerebral de las personas que padecen Alzheimer, las causas de este proceso neuropatológico que conduce al desarrollo de los síntomas todavía son un misterio. La enfermedad es degenerativa y no existe un tratamiento para prevenirla ni para frenar su avance.
Aún con los avances tecnológicos de la actualidad, sigue siendo un enigma el origen de esta enfermedad, excepto cuando hay un factor genético. Pero la enfermedad heredada solo representa menos del 1% de los casos totales.
En el resto de los casos, llamados ‘esporádicos’, sigue sin conocerse una causa específica de la enfermedad. Cada vez son más las evidencias que apoyan la idea de que no hay una única causa, sino que existen varios factores de riesgo que pueden influir en la aparición del Alzheimer.
Los factores de riesgo no modificables se relacionan con la genética y la edad. Aunque los estudios demuestran que la edad es el principal factor de riesgo para padecer Alzheimer, no es una consecuencia inevitable del hecho de envejecer. También existen los factores de riesgo modificables, que están relacionados a la salud cardiovascular y al estilo de vida. Ciertas condiciones médicas como la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol, el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo o una dieta poco saludable son perjudiciales para la salud cerebral. Otros factores como el consumo de sustancias tóxicas, traumatismos severos en la cabeza, desórdenes de sueño y algunas infecciones, como el virus del herpes simple, la gingivitis y la periodontitis, también se han relacionado a su aparición.
Fases del deterioro cognitivo
Como mencionamos, es una enfermedad degenerativa que no tiene tratamiento. Una vez que aparecen los primeros síntomas, los pacientes van perdiendo facultades y se van volviendo más dependientes. Poco a poco se harán imprescindibles las atenciones permanentes de un cuidador que los ayude a vestirse, asearse, comer, etc.
Fase 1: deterioro cognitivo leve
La fase 1 representa un punto intermedio entre la normalidad cognitiva y los primeros síntomas inequívocos de demencia. Los síntomas pueden ser tan leves que a veces se confunden con la consecuencia de algún tipo de medicación o depresión. En esta fase la desorientación ni la confusión son normales, aunque sí lo son los cambios de humor.
Fase 2: deterioro cognitivo moderado
En esta etapa se presentan problemas que también están relacionados con la edad, como sutiles dificultades de memoria y leves cambios en la capacidad de pensamiento. Estos cambios no llegan a ser lo suficientemente significativos como para afectar el trabajo, las relaciones o el día a día de la persona afectada. Pueden presentar lapsos de memoria cuando se trata de información que en general es fácil de recordar, como conversaciones, eventos recientes o citas.
Fase 3: deterioro cognitivo grave
En esta fase se muestra una amplia y variada afectación de todas y cada una de las facultades intelectuales. Pueden aparecer temblores, crisis epilépticas y rigidez muscular. Los síntomas cerebrales se agravan, no reconocen a sus familiares e incluso pueden no reconocer su propio rostro en el espejo. En este punto, es fundamental la asistencia completa de un cuidador.
Tratamiento del Alzheimer
Aunque desafortunadamente no existe ningún tratamiento para la enfermedad, por lo que no se puede curar, su progresión se puede modular mediante diferentes abordajes: fármacologico, ambiental, relacional, ocupacional, etc.
Los medicamentos aprobados por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de los Estados Unidos están destinados a contrarrestar la degeneración cerebral, inhibiendo las células que influyen en la enfermedad. Pero su efectividad varía en cada persona. Actualmente, existen múltiples ensayos médicos que buscan un fármaco más efectivo, pero son necesarias más pruebas y financiamiento para avanzar.