DANA
El 29 de octubre de 2024 quedará grabado en la memoria de los valencianos como probablemente el peor que han vivido. Un día en el que las lluvias torrenciales arrasaron con infraestructuras, hogares, coches y, desafortunadamente, vidas.
Han pasado más de cuatro meses desde que la DANA golpeara con fuerza la provincia de Valencia, dejando un rastro de destrucción y dolor. El 29 de octubre de 2024 quedará grabado en la memoria de los valencianos como probablemente el peor que han vivido. Un día en el que las lluvias torrenciales arrasaron con infraestructuras, hogares, coches y, desafortunadamente, vidas. A pesar de todo este tiempo, las heridas siguen abiertas. Mientras se discute quién o qué fue responsable de esta catástrofe, los miles de afectados luchan por reconstruir sus vidas tras perderlo todo.
El balance humano que ha dejado el temporal es devastador, se cobró la vida de 233 personas y aún hay tres desaparecidos. Más allá de los daños materiales, que la mayoría son recuperables, la pérdida de tantas vidas humanas es el golpe más duro. Los días siguientes, la solidaridad desde todos los rincones del país e incluso del extranjero fue la protagonista: ayuda humanitaria, voluntarios y recursos llegaron para intentar ayudar a quienes lo habían perdido todo.
Hoy han salido a la luz imágenes inéditas que muestran el primer vuelo de reconocimiento realizado por un helicóptero del Ejército el día siguiente de la dana. El vehículo sobrevoló el barranco del Poyo, donde el puente de la CV-36 había quedado completamente destruido. "El coche vino flotando y acabó encima del puente", decía uno de los presentes.
Desde las alturas, se podía observar cómo las calles de Massanassa eran un caos absoluto: coches apilados unos sobre otros imposible de destaponar las calles. En Sedaví, los vehículos bloqueaban las vías del tren, mientras que en el polígono industrial de Alfafar las cámaras captaron escenas de saqueos.
"Esto parece una película", comentaban una testigo presentes. La fuerza del agua no solo arrasó carreteras y puentes, sino que también dejó toneladas de lodo y escombros que dificultaron las labores de reconstrucción. Las imágenes aéreas contrastan con aquellas tomadas desde tierra en esos mismos días: camiones volcados, calles cubiertas por el barro y vecinos intentando salvar lo poco que les quedaba.
En medio del dolor, también hay hueco para la polémica. Según un informe publicado por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), se emitieron hasta 24 alertas al número 112 antes de que saltaran las alarmas a las 20:11 horas. La Aemet llamó en dos ocasiones a Protección Civil. La primera llamada se produjo a las 18:09 horas y la segunda un minuto después, a las 18:10 horas, para avisar que extendían la alerta roja activaba ese mismo día a las 07:36 horas. Sin embargo el informe remitido por la Aemet a la jueza de Catarroja expone que "no atendieron las llamadas" y que se realizaron "a dos números distintos".
A pesar de la devastación en la región, la población respondió y tomó la iniciativa. Miles de voluntarios se desplazaron a Valencia para colaborar en tareas de rescate y limpieza. Llegaban con palas, botas y alimentos dispuestos a ayudar. Además, países como Francia y Portugal enviaron maquinaria y vehículos de gestión de residuos, a través del Mecanismo de Protección Civil de la UE.
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