Robos
El sospechoso, de 33 años, cuenta con un historial de 55 antecedentes policiales, 22 de ellos relacionados con atracos con violencia en la ciudad condal.
Los Mossos d’Esquadra han detenido a un ladrón multirreincidente acusado de cometer varios robos con violencia en establecimientos de Barcelona durante los últimos meses.
Según apuntan los Mossos d'Esquadra, el detenido siempre actuaba con el mismo modus operandi: entraba cubierto en comercios donde solo había un trabajador, los amenazaba e intimidaba, en ocasiones con un cuchillo de grandes dimensiones y, en otras, incluso con un arma de fuego que llevaba escondida en la ropa. Y bajo amenazas, obligaba a los empleados a entregarle todo el dinero de la caja registradora.
Entre sus objetivos se encuentran establecimientos de todo tipo, como peluquerías y farmacias. Uno de los atracos ocurrió en una farmacia a las dos de la tarde. Allí amenazó con una pistola a las dos trabajadoras que se encontraban en ese momento. Valeria, una de las empleadas a las que atracó, explica que “entró cuando no había nadie y fue directamente a la caja a por el dinero”. Sin embargo, al no encontrar efectivo, el ladrón decidió abandonar el lugar. Valeria añade que “alguien lo estaba esperando fuera con una moto para facilitar la huida”.
Este fue uno de sus últimos golpes, y a pesar de no obtener botín en la farmacia, minutos más tarde "el delincuente asaltó una peluquería cercana siguiendo el mismo patrón de intimidación", asegura Valeria.
La investigación de los Mossos d’Esquadra ha permitido identificar al autor, quien cuenta con hasta 55 antecedentes policiales, la mitad de ellos por robos similares al de la farmacia cometidos en los últimos meses.
El detenido ha pasado a disposición judicial, mientras las autoridades continúan con las diligencias para esclarecer si podría estar implicado en otros robos similares ocurridos en la zona.
Los Mossos d’Esquadra han señalado que el detenido empleaba siempre el mismo modus operandi. Elegía comercios con un único trabajador, irrumpía cubierto con un casco de moto y amenazaba con un cuchillo de grandes dimensiones o, en ocasiones, con un arma de fuego, con el objetivo de hacerse con la recaudación.
Este caso ha generado gran preocupación entre los comerciantes de Barcelona, quienes reclaman mayores medidas de seguridad para evitar nuevas situaciones de este tipo.
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