OPERACIÓN POLICIAL INTERNACIONAL
Según informan los Mossos, agentes de las policías catalana y holandesa han llevado a cabo un operativo policial que culminó el pasado 15 de junio con la detención de un hombre y una mujer de nacionalidad bosnia, de 46 y 49 años, respectivamente, como jefes de un grupo de carteristas reincidentes que actuaban en el metro de Barcelona y utilizaban a los menores para delinquir en el suburbano. La investigación policial se inició en Amsterdam a mediados del año pasado, cuando la policía holandesa detectó a menores que se dedicaban a hurtar, y por ello puso en marcha un dispositivo de vigilancia que demostró que efectivamente los menores eran dirigidos por adultos para cometer los robos.
Enseguida se creó un equipo conjunto con la Fiscalía de Amsterdam para iniciar esta investigación de alcance internacional, y actualmente la policía holandesa está investigando a cuatro grupos criminales activos en los Países Bajos que estarían utilizando menores para delinquir. La cooperación internacional policial a través de Europol permitió detectar en Barcelona a uno de estos grupos e identificar a uno de sus miembros, una mujer que utilizaba una identidad diferente a la que tenía la policía holandesa y que había pedido asilo para poder residir en Holanda en abril del 2014, cuando llegó acompañada de siete menores y dijo que eran sus hijos.
Las autoridades holandesas asumieron la tutela legal de los 7 menores, pero una de ellas se negó a vivir con su progenitora y las autoridades también asumieron su guardia legal. La investigación ha revelado que anteriormente la mujer había solicitado residencia en Alemania, Austria y Suiza con otras identidades. Esta mujer fue detectada por los Mossos cuando llegó a la capital catalana en octubre de 2015 dado que cometió hurtos continuados, especialmente en el interior de la red del metro de Barcelona.
A partir de entonces, y según estas fuentes, la policía holandesa tuvo claros dos objetivos: detener a la mujer como presunta autora de un delito de tráfico de seres humanos, sustracción de menores, blanqueo de capitales y pertenencia a grupo criminal, y poder recuperar a los seis menores que había sustraído de la tutela de la administración holandesa y que, con toda probabilidad, se habían trasladado con ella a Barcelona. Esta colaboración policial internacional siguió el protocolo previsto para estos casos y, así, el juzgado de Instrucción número 10 de Barcelona se encargó de tramitar la comisión rogatoria internacional (CRI) procedente de la justicia holandesa, que pedía la colaboración policial para la localización y detención de la mujer, a quien ya le constaba una orden europea de detención emitida por la justicia holandesa, y de otros miembros del grupo.
Los Mossos localizaron los dos domicilios actuales de las personas investigadas en Barcelona, situados en la Trinitat y Nou Barris, y el pasado 15 de junio un equipo policial formado por los dos cuerpos policiales entró en ellos y los registró. En uno de estos domicilios se localizó a una de las menores investigadas por la policía holandesa que, además, estaba embarazada y tenía un bebé de un año de edad. También se encontraron indicios de presuntos envíos internacionales de dinero procedente de los hurtos cometidos en el metro.
En el otro domicilio se localizó a la mujer y a un hombre, que resultó ser su pareja y que también quedó arrestado por una orden de detención en vigor, puesto que se le consideraba el jefe de la organización criminal que habría montado un grupo de ladrones de origen bosnio. Asimismo, en ese domicilio se recuperaron tres niños sustraídos (una niña y dos niños) de la tutela holandesa, que fueron trasladados en primera instancia a la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) y, luego, repatriados a Holanda junto con la menor localizada en el primer domicilio y su bebé, acompañados por los servicios de protección holandeses.
También en el mismo domicilio se localizó a una joven, conocida en Holanda con una identidad diferente, que fue detenida por cinco requisitorias judiciales y que, tras pasar a disposición judicial, ingresó en prisión, aunque las autoridades holandesas han reclamado poder repatriarla cuando finalice su condena en España. En este dispositivo policial se intervinieron varios móviles de última generación, tarjetas de telefonía de varias compañías internacionales, cámaras fotográficas, disco duros, documentación personal y unos 1.000 euros en efectivo, así como diversa moneda extranjera, y se recogieron indicios que permitirán ampliar la investigación y conocer mejor la composición del grupo criminal y el funcionamiento interno de la organización. La coordinación interpolicial permitió a la policía holandesa recuperar a cinco menores sustraídos, resolver el caso y poder recoger todos los indicios para que sea la justicia de aquél país la que determine las responsabilidades criminales que se deriven, aunque la investigación holandesa continúa abierta para localizar al último menor.