Estafas
El detenido engañaba a sus víctimas, mujeres viudas o separadas a las que conocía a través de las redes sociales, haciéndose pasar por falso capitán retirado de la Guardia Civil.
Tras décadas estafando a mujeres con identidades falsas, Amador A. R. ya está en la cárcel. Natural de la localidad sevillana de Lora del Río, la Polícia Nacional lo detuvo hace unos días en Carmona. Arrastraba una orden de ingreso en prisión y siete reclamaciones judiciales dictadas por juzgados de Sevilla, Mérida, Alcalá de Henares, Madrid o Palencia.
Este veterano estafador engañaba a sus víctimas, mujeres viudas o separadas a las que conocía a través de las redes sociales, haciéndose pasar por falso capitán retirado de la Guardia Civil, agente secreto infiltrado en la lucha antiterrorista, militante de peso del PP, dueño de una yeguada o ingeniero agrónomo. Son solo algunas de las múltiples identidades que ha ido usando este sevillano que en 1986 abandonó el cuerpo de la Guardia Civil.
Según señala la Policía, Amador ostentaba tener una buena posición económica y social para que estas mujeres accedieran a darle dinero e incluso joyas con total confianza para luego desaparecer sin dejar rastro alguno.
En busca y captura desde 2021
Precisamente en junio de 2021 se ordenó su búsqueda y captura ya que estaba previsto que la Audiencia Provincial de Madrid lo juzgara pero no se presentó al juicio. A algunas de estas mujeres les hacía creer que tenía contactos en las subastas dada su condición de capitán retirado para así poder hacerse con vehículos de gama alta a buen precio. Al final, las mujeres le entregaban el dinero y nunca más lo volvían a ver.
A otra de las victimas le pidió matrimonio durante una fiesta de cumpleaños que preparó en un hotel madrileño y que costó más de 2.000 euros. Pero jamás pagó la factura, en cambio si le robó varias joyas por valor de 13.000 euros.
Otra de sus estafas consistía en convencer a las victimas de que había que insertarles un chip a sus joyas para prevenir un robo. Les decía que conocía al joyero que lo hacia, de modo que las mujeres le entregaban las joyas y desaparecía con ellas, detalla la Policia.
Durante 30 años ha estado Amador A. R. acumulando causas judiciales de una veintena de victimas. Las estafadas le entregaban voluntariamente el dinero o las joyas y es que nunca usó la violencia. Se conocen solo esa veintena de denuncias aunque podría haber más ya que es habitual que algunas mujeres no lo hagan por vergüenza.