Violencia doméstica
La víctima llamó a la policía. No era la primera vez que ella le agredía, de hecho, tenía una orden de alejamiento en vigor.
La Policía Nacional de Gandía recibió el aviso a media tarde. Un hombre que se quejaba de mucho dolor pedía auxilio por teléfono. Según relató a los agentes, su expareja le había asestado golpes y puñetazos, además le había clavado las uñas a la vez que intentó arrancarle con fuerza los testículos.
Los agentes se llevaron detenida a la mujer, de nacionalidad rumana, por violencia doméstica. No era la primera vez que agredía al hombre. De hecho, él explicó a la Policía que, cuando toma alcohol y consume drogas, se pone muy violenta.
La agresión se produjo en el domicilio de él, y eso que la agresora tiene dos órdenes de alejamiento vigentes por otras denuncias interpuestas por la víctima.
El hombre acabó en el hospital Francesc de Borja de Gandía con una herida en el escroto por la que ha tenido que recibir ocho puntos.
A pesar de lo ocurrido, el hombre agredido de origen español ha decidido no poner denuncia. Ha contado a los agentes que no quiere, que dados sus antecedentes, la mujer acabe en prisión.