Cámara oculta
La Fiscalía acusa a un hombre residente en Gran Canaria de haber grabado con cámara oculta a decenas de inquilinos de una habitación de su propiedad mientras tenían relaciones sexuales. Las grabaciones investigadas van desde 2016 hasta 2018. Llegó a acumular casi 10.000 imágenes de mujeres con altas connotaciones sexuales, que tomaba también en lugares públicos como playas o grandes almacenes de la isla. La Fiscalía pide para él 160 años de cárcel, el pago de 36.000 euros de multa y 3,51 millones de euros en concepto de indemnización a las víctimas, como presunto autor de 39 delitos de descubrimiento de secretos y otro continuado.
A la caza por toda la isla
Había hecho un pequeño agujero en la pared de la habitación que alquilaba, contigua a la suya, en la que colocó presuntamente una pequeña cámara orientada hacia la cama. Relata la Fiscalía que, "movido por su ánimo libidinoso y de violar la intimidad de una pluralidad indeterminada de mujeres", se estuvo dedicando "también de modo sistemático" a deambular por la playa, mercadillos, grandes almacenes, siguiendo a mujeres por la calle. Cuando estaba cerca de sus supuestos objetivos, las enfocaba disimuladamente con su teléfono móvil en modo de grabación de vídeo y tomaba imágenes del pecho, el trasero y entre las piernas de las inadvertidas víctimas. De esta forma, los investigadores determinaron que el acusado confeccionó más de 9.638 archivos de imagen con connotación sexual, a partir de los 7.297 archivos de vídeo realizados de centenares de mujeres en lugares públicos que no pudieron ser identificadas.