Castellón
Han detenido a tres líderes de la organización que ofrecía terapias con rituales chamánicos y drogas y exigía pagos de más de 10.000 euros.
Detienen a tres líderes de la secta 'La Familia del Alma' instalada en un chalet en Pobla Tornesa (Castellón) por presuntos delitos de asociación ilícita, intrusismo laboral, contra la salud pública, agresión sexual y revelación de secretos, entre otros.
La Guardia Civil ha llevado a cabo la operación 'Avicena' para desarticular esta secta, que se hacía pasar por un grupo de psicoterapia convencional. La líder, autodenominada la maestra -quién afirmaba estar en posesión de la verdad- y su marido están detenidos.
La investigación se inició por la denuncia de los padres de dos víctimas que habían conseguido salir de la secta e informar de los hechos que habían sufrido.
La operación ha sido llevada a cabo por agentes del Grupo de Información de la Comandancia de la Guardia Civil de Tarragona, de la Jefatura de Información (UCE-3) y de la Comandancia de la Guardia Civil de Castellón. Las pertenencias halladas en el registro y todo el material se ha puesto a disposición del Juzgado de Instrucción 3 de Castellón.
Los agentes encontraron dinero en efectivo cuando entraron al chalet a realizar el registro. También un listado de pagos por sesiones realizadas, los nombres de las supuestas víctimas, sustancias psicotrópicas empleadas para llevar a cabo los diferentes rituales donde la persona perdía la voluntad; y anotaciones de datos personales, que podían ser utilizados en su contra.
La secta realizaba rituales chamánicos con consumo de drogas, mezcal y sustancias alucinógenas para practicar desnudos colectivos y terapias sexuales. Se anulaba la voluntad de las víctimas. Además, los responsables grababan los rituales, donde se habrían producido presuntamente abusos sexuales.
Las sesiones y rituales debían ser celebrados cuándo y cómo la 'maestra' establecía. Habían amenazas, castigos, humillaciones y los chantajeaban con difundir sus datos personales si no obedecían.
Las víctimas habían sido captadas a través de personas de confianza de los líderes de la organización, principalmente jóvenes -alrededor de los 20 años- en situación de vulnerabilidad emocional y en búsqueda de soluciones a sus problemas. Algunas de las víctimas llevaban más de quince años y se habrían iniciado siendo aún menores y eran conocidas como 'Los Veteranos'.
La líder impartía las terapias a cambio de elevadas cantidades de dinero, que iba aumentando. Los responsables llegaron a exigir el pago de más de 10.000 euros bajo la promesa de que entraran en el circulo más cercano de la maestra.