Estafas

Denuncian que un falso cura oficiaba responsos en tanatorios vizcaínos

Ataviado con vestimenta eclesiástica e identificándose como franciscano engañaba a las familias en momentos de dolor y duelo.

Sacerdote con sotana y rosario

Son los momentos más duros para una familia, la pérdida de un ser querido. En los tanatorios se reciben las primeras condolencias y se escuchan palabras de ánimo y recuerdo del fallecido. Allí se ofician los responsos, oraciones que se recitan por la persona fallecida a petición de las familias. No son un acto religioso 'per se' ya que no se realiza en un lugar consagrado e incluso puede realizarlo una persona laica, pero son las diócesis las que mandan a sacerdotes o civiles preparados por la curia para realizar estos ritos.

En algunos tanatorios de Vizcaya un hombre que se hacía pasar por sacerdote engañaba a las familias y a los tanatorios desde hace años. Un auténtico pícaro 2.0 que podría sacar rédito pecuniario cobrando a las familias o al centro mortuorio. La suplantación de funciones y/o la estafa podrían ser los delitos cometidos, al margen del daño moral causado a familias creyentes.

La queja de una familia hizo saltar las alarmas

La alarma saltó tras la queja de una familia ante los responsables de un tanatorio vizcaíno. Las dudas de la profesionalidad y capacidad para el desempeño de la labor de acompañamiento a los allegados de un difunto motivó una llamada de consulta a la Diócesis de Bilbao. Allí les confirmaron sus sospechas. Nadie con el nombre aportado figuraba como sacerdote ni como miembro de ninguna congregación.

Al parecer era asiduo a los responsos en algunos tanatorios, iba vestido con sotana y alzacuellos y no había levantado sospechas con anterioridad. Pero algunos lapsus y errores gruesos provocaron el recelo de algunos familiares que realizaron la queja pertinente. Ahora todos lamentan no haberse dado cuenta antes del engaño. Se investigarán posibles responsabilidades si media una denuncia debidamente conformada por familiares afectados ante la Ertzaintza. Si este supuesto no se produce, el pícaro habrá sido descubierto y toda esta situación no pasará del sonrojo generalizado y de manidas frases 'ad hoc': ¡qué país!

Hasta el momento ninguna familia afectada ha anunciado acciones legales ni se ha pronunciado en público. Los responsables de los tanatorios de Bilbao, Portugalete o Leioa, donde el estafador "ejercía", guardan silencio. La única que ha querido poner los puntos sobre las íes y aclarar algunas lagunas del caso es la Diócesis de Bilbao. Su explicación no deja en buen lugar a los centros mortuorios.

A través de su vicario general, Kerman López, el obispado bilbaíno explica que "cuando se tuvo conocimiento de que una persona se brindaba para ofrecer responsos religiosos, se puso en conocimiento de de los propios tanatorios para que informasen a las familias que solicitan estos servicios" que esa persona no era un componente del arzobispado y que no estaba autorizado por este para la realización de esos servicios y cuyo coste es de 100 euros. Queda explicar si tras ese aviso los tanatorios siguieron permitiendo el engaño de esta persona a la familias y si le pagaban 'en negro', ya que ningún dinero llegó a la Diócesis.

Desde la sede eclesiástica se consultó a sus servicios jurídicos que les informaron que "los hechos no eran constitutivos de un ilícito legal por la dificultad de catalogarlos como intrusismo profesional o como delito contra la libertad religiosa". Las responsabilidades de estos actos quedan por tanto en manos de las posibles acciones de los tanatorios o de las propias familias por daños y perjuicios morales.

Según fuentes del sector de pompas fúnebres, las despedidas religiosas o responsos, no son funerales como tal, ya que "las capillas de estos centros no están consagradas" y porque la Iglesia vizcaína reguló hace años este tipo de celebraciones. Ante la falta de sacerdotes, creó en 2017 un equipo de diáconos (civiles que pueden realizar algunos ritos religiosos) compuesto por cuatro personas y otros tantos refuerzos que se encargan de las exequias, y que están formados pastoralmente para realizar el acompañamiento en el duelo y con encomienda del obispo. En municipios más pequeños o con personas conocidas "se llama al párroco del pueblo que corresponda y, si no puede, al equipo de diáconos".

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com