MEDIDA CAUTELAR
La decisión llega al estimar la juez que de las diligencias practicadas a raíz de las denuncias y quejas presentadas por varias familias se deducen "indicios racionales de la comisión de un delito de maltrato habitual hacia los menores a los cuales imparte clase y de un delito de contra la integridad moral".
La medida cautelar de alejamiento de carácter penal se justifica en que "existe una situación objetiva de riesgo" para las víctimas que hace "necesaria" su adopción "mientras que se esté tramitando el presente procedimiento hasta su finalización mediante resolución". Tanto el centro educativo como los denunciantes han preferido no hacer ninguna declaración sobre el caso.
La juez investiga la comisión de "tratos degradantes", en concreto supuestos "maltratos físicos y psicológicos" a varios alumnos de tres años del centro después de que la madre de uno de ellos presentase una denuncia ante el Juzgado de Guardia.
"Todas" las declaraciones recogidas han coincidido en que un niño era introducido "en un cubo de basura donde únicamente se le veía la cabeza y del que los menores no pueden entrar ni salir sin ayuda de un adulto" e incluso "el propio menor ha asumido que ese es su sitio". "Existen indicios para considerar que este ha sido un método habitual de castigo hasta fechas recientes", refiere la resolución pese a que la denunciada ha dicho haberlo hecho solo una vez.
Además, ese mismo niño era "atado a una silla de paseo de bebé con sus sujeciones propias", hecho este "igualmente reconocido no solo en la exploración de los menores por parte del Equipo Psicosocial y las declaraciones de las madres y los padres sino por la propia imputada, la dirección del centro y diversos docentes".
La maestra, cuya identidad responde a las iniciales A.G., también esta imputada por otros "tratos humillantes o degradantes" como "insultar" a los menores "llamándoles tontos, llorones o basura", un comportamiento que la juez considera "a todas luces incorrecto". "Llegó a amenazar a uno con introducirle en el cubo de la basura si volvía a vomitar el desayuno, llegando el menor a tener miedo de desayunar", ejemplifica.
"El hecho de que un menor de tres años no perciba mencionada realidad no justifica tal comportamiento sino que, por el contrario, es necesario otorgarles una especial protección con el fin de no vulnerar su desarrollo moral adecuado", argumenta la resolución.
La denunciada ha negado en el juzgado, según la información adelantada por el diario digital Ceutaldia.com, el uso de "agresiones físicas" como azotes en el culo y tirones de pelo u orejas como "método sancionador" pero los niños han afirmado lo contrario llegando a decir que eran "fuertes" para quienes "se portan mal". Una técnico de apoyo también ha testificado en sede judicial que es "habitual" que la maestra "emplee el castigo físico como método correctivo o sancionador".
La juez afirma que el Colegio San Agustín "se limitó a realizar un apercibimiento verbal" a la docente, pese a ser "conocedor" del incidente del cubo de basura y de haberlo considerado "un hecho muy grave". "No comunicó" el suceso a la Inspección Educativa, "llegando incluso a negarlo cuando fueron preguntados expresamente", y mostró "extrañeza o sorpresa por el hecho de que hubiera más quejas" cuando "sabían" que existían.