Incendios
Ha sido una noche complicada de lucha contra el fuego. La tormenta eléctrica del pasado jueves provocó varios focos en las provincias de Lugo y Ourense, y hay otros de los que todavía se desconocen las causas. En total una decena de incendios.
La situación se complicó en la jornada del domingo cuando las rachas de viento complicaron las labores de extinción y algunos de los focos se recrudecieron acercándose peligrosamente a las casas.
El Presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha anulado esta mañana su agenda para visitar el puesto de mando ubicado en A Pobra de Brollón, donde se localiza uno de los fuegos más complicados, y ha explicado que unas 500 personas han tenido que ser desalojadas de sus viviendas debido a los incendios de la provincia de Ourense, y otras 200 en la provincia de Lugo.
Durante esta noche han ardido varias casas en O Barco y O Alixo, pequeños núcleos deshabitados en los que no ha habido que lamentar ningún daño personal, al igual que en el resto de los fuegos activos, por suerte.
El ayuntamiento de O Barco de Valdeorras ha habilitado un teatro municipal par acoger a los que han tenido que abandonar sus viviendas, aunque todos ellos han optado por trasladarse a viviendas de familiares y amigos. Los municipios próximos también se han puesto a disposición de las localidades afectadas cediendo albergues y ofreciendo su ayuda.
Desplegado un gran dispositivo para luchar contra las llamas
La Consellería y el Gobierno trabajan duro para tratar de sofocar todos estos incendios forestales, que suman 12.000 hectáreas, casi el triple respecto al inicio del fin de semana, cuando ardían 3.530.
La Xunta ha desplegado un gran dispositivo de lucha el fuego formado por aviones, helicópteros, motobombas y decenas de bomberos forestales trabajando sin descanso para frenar el avance de las llamas. "Están trabajando todos los efectivos disponibles", ha asegurado Alfonso Rueda, para apagar una decena de fuegos.
En estos momentos, el que afecta a la la parroquia de Vilamor, en el municipio de Folgoso do Courel, es el que mayores dimensiones alcanza, con 2.500 hectáreas afectadas. Seguido del de Carballeda de Valdeorras.
Los incendios siguen la evolución habitual, en la que pasan de activos a estabilizados, después a controlados y, por último, a extinguidos.