Educación
Hay profesores que insisten en no vivir alejados de la sociedad digital en la que vivimos y potenciar la ayuda que nos ofrecen las tecnologías, mientras que otros se muestran más reacios.
Desde los últimos años se ha cuestionado el uso digital en la educación. Y aparecen distintas posiciones de los expertos. Algunos explican que debe verse la tecnología como una herramienta de trabajo, y no un obstáculo. El profesor Carlos Chamorro justifica que debe utilizarse "como un recurso más, y no solo como la única vía de aprendizaje". Y a esta opinión se suman padres, que ven los beneficios: una mayor información, una mayor capacidad de plantear soluciones. También insisten en el uso guiado por un profesor o adulto.
"Un niño de 12 años no está preparado", miles de padres se alían para retrasar la llegada del primer móvil. No juzgar los dispositivos electrónicos en el aula es complicado, sobre todo, cuando cada vez son más las voces institucionales que reclaman medidas para restringir este uso. Varias comunidades autónomas, entre ellas, Cataluña, quieren prohibir el uso del teléfono móvil para el próximo curso. Los datos son preocupantes, porque un 95% de la población juvenil dispone de un móvil, al 58% le causa problemas en clase, y un 25% tiene ansiedad.
Realmente resulta complicado vivir alejado de las pantallas conectadas a internet, porque forman parte de la cotidianidad, y que son útiles para la docencia: "Saber cómo funciona la red, saber lo que es un servidor, saber qué lenguaje se están utilizando. Se trata de introducirles en etapas tempranas normas de conducta en redes sociales".
Sus riesgos están claros, se desarrolla una hormona del cerebro, llamada dopamina, la misma que genera adicciones. También puede aparecer insomnio cuando existe un uso abusivo. Y el papel de los padres es complicado, lo califican como "una batalla agotadora". Por eso, es importante insistir en el trabajo conjunto de familia y escuela. Se trata de una responsabilidad compartida.