Valencia
Una casa familiar en medio de la huerta de Meliana, en Valencia. Allí vive María Sanchis, en terrenos llenos de unas “bonitas y preciosas cebollas”. Sin embargo, lo mal pagadas que están las cebollas hace que no salga rentable recogerlas. Por ello, su primo, que trabaja el campo y ella, lanzaron un experimento en redes sociales donde invitaban a cualquier persona a acercarse al campo y cosechar las cebollas a precio económico para el consumidor y beneficioso para el productor o agricultor.
Han indicado con un papel por donde es la entrada al campo e iniciando que es ahí donde se pueden cosechar. Al lado de una caja donde se debe meter el dinero, cuchillos para realizar el trabajo y gel hidroalcohólico. El agricultor les dejó llevar la tarea durante el fin de semana, aunque primeramente desconfió, “nos dijo que no vendría mucha gente y que si dejábamos una caja con dinero, nos la robarían en cinco minutos”.
Para llevar a cabo esta iniciativa, María Sanchis se ha inspirado en trabajos que vio en la temporada que vivió en Alemania. “En muchos campos ponen una caja para meter el dinero y una lista de precios de los productos. La gente coge lo que quiere y paga en la caja. ¿Por qué no probarlo? Tenemos que confiar un poco en la gente, nosotros también podemos ser solidarios, ¡no solo los alemanes!”. Sanchis, añadió también que vacía la cajita “cada dos o tres horas”, pero que una noche la dejó llena y a la mañana siguiente seguía con el dinero.
300 citas un fin de semana
La iniciativa funcionó tan bien que, tras ser publicada un viernes a las 18:00h de la tarde, el domingo a la misma hora ya habían recibido entre 200 y 300 personas. Principalmente ese dinero iba a ir destinando a paliar gastos de gasolina entre otros, pero el agricultor ha decidido donar la “recaudación entera” a la asociación Meliana Contra el Cáncer. Sanchis explica que “ha sido todo un éxito. Un hombre trajo a su abuela de 87 años y nos dijo que había disfrutado como una niña, porque desde pequeña que no había tocado un campo. También vino mucha gente con niños, a quienes les pareció buena idea porque los parques están cerrados”. La trabajadora también afirmaba que en algunos momentos ha llegado a haber “unas 50 personas en el campo”, pero asegurad que siempre se han respetado las medidas se seguridad. “El campo es enorme” y se cumplían las distancias y llevaban mascarilla. Además, recomiendan desplazarse a pie o en bici ya que hay un carril-bici justo al lado.
Comprar a mitad de precio y ganar 10 veces más
Como declaraba María, esta iniciativa “es un win-win: ganan los consumidores porque compran a menos de la mitad de precio y gana el agricultor porque se las pagan casi 10 veces más de lo que cobraría de normal. Además, gana la huerta, porque para que la huerta esté viva, al agricultor le tiene que ser rentable trabajarla”. Pero el objetivo principal para los impulsores de este ‘experimento’ era “salvar las cebollas”, “se nos partía el alma que se tirara tanta comida a la basura, en un momento en el que la economía está fatal y hay tanta hambre”.
Según datos del Ministerio de Agricultura, nuestro país es el séptimo estado en el ranking de la Unión Europea que más comida desperdicia, unos 7,7 millones de toneladas.