GAMBERRADAS QUE PUEDEN ACABAR EN TRAGEDIA
Las gamberradas a veces pueden terminar en situaciones muy graves. Es lo que estuvo a punto de ocurrir hace unos días con José Carlos cuando viajaba con su mujer y su hija por la autopista AP-7 y un fuerte impacto le obligó a dar un volantazo.
Al principio, apenas se dió cuenta de lo que había pasado, era una piedra que reventó la luna e hizo el efecto de una bomba que estuvo a punto de alcanzar a la niña, de nueve años, que se tapó la cara a tiempo.
José Carlos dice que vio a cuatro chicos en el lateral del puente y cuando empezó a gritarles se fueron.
Parece que las piedras, como la que cayó en el coche de José Carlos, ni siquiera se encuentran por la zona, así que tuvieron que llevarlas a propósito para tirarlas en esa vía, una de las salidas de Vigo por las que a diario pasan miles de vehículos.
Los vecinos de la zona reconocen que no es la primera vez que pasa esto y José Carlos así lo corrobora: cuando él formalizó su denuncia se sumó a otras tres de conductores que, en el tramo de una sola hora, fueron víctimas de una gamberrada que podría haber tenido un final fatal.