EN BUSCA DE LOS MEJORES ROBLES CENTENARIOS FRANCESES
El secreto de un buen vino comienza en tierras de robles centenarios, talando árboles con más de 200 veranos sobre sus troncos. Es entonces cuando se inicia también buena parte del proceso de elaboración de los mejores tintos, porque si de la uva se extrae el vino es la madera la que le imprime su carácter.
La madera es el colegio del vino. Cuando envejece en barrica se va educando, se le va dando forma. Tras otra minuciosa clasificación después de la serrería, llega el momento clave, la laboral artesanal de los toneleros y cuberos. Un oficio de los de antes, que en el caso de los Azcárate ha ido pasando de padres a hijos durante cuatro generaciones.
Y en ese proceso, el tostado es determinante. Crianza, reserva o gran reserva, cada uno de ellos permanece en barrica un tiempo determinado para potenciar sus cualidades. Una personalidad que donde mejor se aprecia en sentados a la mesa.