Crucero
El crucero llegó a primera hora de este viernes al puerto de Santa Cruz de Tenerife con 64 supervivientes a bordo, todos migrantes subsaharianos.
Más de 30 personas murieron en un cayuco rescatado este miércoles por el crucero Insignia, a algo más de 800 kilómetros al sur de Canarias, debido al hambre y la sed que sufrieron durante 21 días en el Atlántico, según relataron los supervivientes a los servicios de emergencia.
La travesía comenzó el pasado 30 de mayo cuando más de 100 personas partieron desde Nuakchot, la capital de Mauritania, con la esperanza de llegar a Canarias. Sin embargo, la embarcación quedó a la deriva durante 17 días, tiempo durante el cual muchos no lograron superar las duras condiciones. "Era más de 100 personas cuando salimos," contaron varios de los supervivientes a su llegada a Tenerife.
Según las autoridades del operativo, murieron al menos 33 personas durante el viaje. De esos, solo se pudieron recuperar cuatro cadáveres, mientras que otros dos quedaron a bordo del cayuco durante el rescate, como notificó el capitán del crucero a Salvamento Marítimo. Las demás víctimas fueron arrojadas al mar por sus compañeros de travesía.
El crucero Insignia, que desvió su ruta tras el rescate, llegó al puerto de Santa Cruz de Tenerife este viernes. A bordo viajaban 64 migrantes y tres cadáveres, ya que uno de los cuerpos reportados originalmente no pudo ser recuperado. Uno de los migrantes rescatados falleció tras el rescate, antes de que un helicóptero de Salvamento Marítimo pudiera llegar al crucero para auxiliarlo.
A su llegada, un amplio dispositivo de emergencia fue desplegado en el muelle para asistir a los supervivientes y trasladar los cuerpos sin vida. Los servicios sanitarios derivaron al hospital a cinco de los 64 migrantes, todos ellos con signos de deshidratación severa. Uno de ellos se encuentra en estado grave, tres en estado moderado y una mujer embarazada con problemas aparentemente leves.
Los testimonios de los supervivientes han arrojado luz sobre la extrema situación que vivieron durante la travesía. "Pasamos hambre y sed, muchos no resistieron," afirmó uno de ellos. La desesperación y el sufrimiento fueron constantes, exacerbados por la falta de alimentos y agua potable.
La Cruz Roja y el 112 han coordinado las operaciones de emergencia, proporcionando atención médica inmediata a los rescatados. Los esfuerzos se centraron en estabilizar a los afectados por la deshidratación y ofrecer apoyo psicológico a los supervivientes, quienes han vivido un auténtico calvario en el mar.
La ruta del Atlántico, que conecta África Occidental con las Islas Canarias, es conocida por su peligrosidad, algo que queda patente tras este suceso, que destaca la urgencia de abordar las causas subyacentes de la migración y mejorar las respuestas humanitarias.
Un portavoz de Cruz Roja ha señalado sobre este suceso que "cada vida perdida es una tragedia que podría haberse evitado". Se sigue investigando el incidente para esclarecer más detalles.
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