provocó daños en el monumento patrimonio de la humanidad
Una joven estudiante de Humanidades decidió compartir con el mundo su gran destrozo en una joya del arte. No grabó su nombre y el de sus amigas en una piedra cualquiera, sino en la muralla romana de Lugo. Su gesto de exaltación de la amistad se le fue de las manos y provocó daños en un monumento Patrimonio de la Humanidad.
Sin embargo, no se trata de un caso aislado. Son muchos los que, entre el vandalismo y la ignorancia, se empeñan en dejar su huella en el patrimonio histórico.
Hay, incluso, quienes pretenden llevarse un trozo de las pirámides de Egipto como recuerdo. Los expertos se quejan de que estos ataques casi siempre quedan impunes o se castigan sólo con multas.