Cambio legal
El Consejo de Ministros espera dar el visto bueno a la ley integral contra las violencias sexuales, que modificará el Código Penal con la creación de nuevos delitos y acabará con la distinción entre abuso y violación gracias a la introducción del consentimiento, una de las principales reivindicaciones del movimiento feminista español. La ministra de Igualdad, Irene Montero, lleva al Consejo de Ministros el anteproyecto de ley integral por la protección de la libertad sexual y contra las violencias sexuales en la semana del 8M, Día Internacional de la Mujer.
Los principales cambios
La adaptación del Código Penal al Convenio de Estambul para que el consentimiento sea la clave para determinar una violación y no dependa de la intimidación y la violencia, una reforma conocida como "sí es sí", es el aspecto más conocido de la ley, pero esta legislación aspira a ser integral e incluye no sólo más cambios punitivos, sino un enfoque amplio contra la violencia sexual. El anteproyecto "amplía el foco" e introducirá nuevos delitos en el Código Penal y modificaciones en las penas, que serán "proporcionales y eficaces", según Montero. "Hay penas que suben, hay penas que cambian muy mínimamente y sobre todo lo importante no es el número de penas, sino que amplía el foco, que se consideran violencias machistas muchas cosas que no se consideraban", ha declarado la ministra.
Difícil preparación
Aunque esta ley era uno de los compromisos recogidos en el acuerdo de Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, su camino hasta llegar al Consejo de Ministros no ha sido precisamente el de la unanimidad. En febrero, fuentes de Unidas Podemos reconocían "discrepancias" en el seno del Ejecutivo -sobre todo entre Igualdad y Justicia- respecto a la ley, cuyo impulso ha coincidido con la decisión del Gobierno de hacer un paquete de reformas del Código Penal en el que se incluyera la revisión del delito de sedición. Sin embargo, Moncloa salió presurosa a negar esas diferencias y a asegurar que había un consenso total en torno a la ley de libertad sexual y que el anteproyecto vería la luz la semana del 8M. Irene Montero ha explicado que el Gobierno se ha volcado y ha trabajado de forma consensuada en la ley, un proyecto del que el Ejecutivo está "orgullosísimo".
Fuentes del Ministerio de Justicia han indicado que expertos y penalistas han estado realizando las últimas aportaciones para "mejorar el texto", "un procedimiento habitual" para "lograr el mejor texto posible". La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, explicó tras la Ejecutiva Federal del PSOE que el anteproyecto de ley podía ser objeto de algún tipo de modificación y que otros ministerios podrían incorporar "elementos que consideren urgentes para la libertad de las mujeres". Ha recordado que el anteproyecto de ley es parte del "acervo programático del Partido Socialista y de su programa electoral". La ministra Montero ha precisado que el borrador que lleva al Consejo de Ministros está "bastante depurado" después de las aportaciones que ha recibido de los distintos ministerios y que éstos podrán seguir contribuyendo una vez se apruebe el anteproyecto, que también recibirá previsiblemente modificaciones en su tramitación parlamentaria. La titular de Igualdad ha reconocido que el crédito de esta ley no es ni de su ministerio ni del Gobierno, sino del movimiento feminista español, que ha exigido en las calles que se acabara con la distinción entre abuso y violación y ha reivindicado respeto por la libertad sexual de las mujeres.
Movilizaciones y sentencias
El auge de las manifestaciones feministas de 2018 coincidió con el fallo de "La Manada", la violación grupal a una joven en los Sanfermines: la denuncia de la violencia sexual se convirtió en una de las principales reivindicaciones del movimiento. Las calles se llenaron de protestas y las consignas "tranquila hermana, aquí está tu manada", "no es abuso, es violación" o "yo sí te creo" recorrieron el país de norte a sur. Y con tal magnitud que ya el Gobierno de Rajoy empezó a estudiar la reforma del Código Penal para acabar con las contradicciones de la tipificación de los delitos sexuales. Una moción de censura y dos elecciones generales después, este cambio se va a articular mediante una ley integral que no sólo pretende modificar el Código Penal para adecuarlo al Convenio de Estambul, sino que pone especial énfasis en la prevención y sensibilización para acabar con la violencia sexual, otra forma de violencia de género. Prevenir, detectar, sancionar y erradicar las violencias sexuales, así como proteger y reparar a las víctimas son los objetivos de la ley, en palabras de la ministra Montero, que aspira a que esta legislación sea tan pionera como lo fue la ley 1/2004 para la lucha contra la violencia de género.