Atentado Algeciras
Sale a la luz la declaración que Yassine Kanjaa, el presunto yihadista que mató a un sacristán y dejó a varias personas heridas en Algeciras, hizo a la Policía los tres días posteriores al atentado.
Yassine Kanjaa, el yihadista que el pasado mes de enero protagonizó un atentado matando a un sacristán y dejando a varios individuos heridos en dos iglesias de Algeciras, se siente "un elegido" de Alá.
Así lo confirmó a la Policía Nacional tres días de cometer el ataque terrorista en unas declaraciones que se incluyen dentro del sumario de la causa a la que ha podido acceder la agencia de noticias 'Europa Press'.
En estas explicaciones, Kanjaa se autodefine como un "soldado de Dios por la causa del Islam" que actuó de "manera independiente". Ciertamente, cometió el atentado sobre las iglesias de San Isidro y La Palma de Algeciras en solitario, algo que realizó en ese momento porque sentía una "fuerza divina" dentro de él.
"Un pacto con Satanás"
Los pensamientos que llevaron a este marroquí de 26 años a atentar contra las parroquias de la ciudad gaditana están ligados a los ritos ejercitados por los cristianos que visualizó y tras los que sintió "algo raro" dentro de él. Yassine Kanjaa manifiesta que ninguna persona le adoctrinó a convertirse a la yihad pero sí asegura que "tres o cuatro días" antes de ejercer el terror sobre Algeciras mantenía "un pacto con Satanás".
Intentó matar a un hombre marroquí-español antes del atentado
El yihadista de Algeciras reconoció también a la Policía Nacional que tuvo una fuerte discusión con "un marroquí-español" al que le llegó a agredir "con la intención de matarle". Este ataque se produjo por la frecuencia con la que acudía el individuo a una iglesia local, algo que Yassine Kanjaa criticaba "por ser converso" y no profesar "la auténtica religión: el islam", dice en el informe citado por el 'Europa Press'.
La secuencia del atentado, revelada por el autor
Este marroquí de 26 años aseguró también a los efectivos policiales después de realizar el atentado que todo el ataque estaba produciéndolo "sobre la marcha", sin ningún tipo de planificación previa. Lo que sí tenía claro era el objetivo con el que atacaba: "liberar a los feligreses del mensaje de los sacerdotes".
Tras su expulsión en un primer momento de la parroquia de San Isidro en Algeciras, Yassine Kanjaa volvió al mismo sitio ahora con un machete porque, según él, "tenía que matar a todos los sacerdotes que se encontraban en la iglesia".
El cura Antonio Rodríguez Lucena fue el primer sacerdote herido por los golpes de este yihadista, al que deseaba "quitarle la vida" por no "tener ninguna misericordia hacia él". El sacerdote fue herido pero afortunadamente no sufrió ataques tan fuertes como los que recibió después el cura de la parroquia de Nuestra Señora de la Palma, Diego Valencia, que por desgracia perdió la vida en el momento del atentado.
Sobre la muerte de este sacristán, Yassine Kanjaa reconoce que deseaba "cortarle el cuello y matarle para acabar con su maldad".
En referencia a todas estas declaraciones publicadas, la Policía Nacional asegura que previamente al atentado terrorista, el yihadista de 26 años mostraba ya rasgos de conducta propios de un individuo dispuesto a convertirse a la radicalización terrorista y "por ello, personas cercanas a él tratan de reconvenirle y que cambie su conducta", de ahí la intención de agredir al conocido marroquí-español.