ESTUDIO 'DELITOS Y CRIMINALIDAD VIAL EN ESPAÑA'
Más de 4,5 millones de automovilistas españoles (el 17% del total) reconoce haber cometido delitos al volante, como conducir más rápido de lo permitido o tras haber bebido o ingerido drogas, y más de nueve millones desconoce que puede ir a la cárcel por infringir las normas de seguridad vial. Así se desprende del exhaustivo estudio 'Delitos y criminalidad vial en España. Evolución de la delincuencia contra la seguridad vial' (2012-2015), realizado por la Fundación Línea Directa en colaboración con Fesvial cuando se cumplen 10 años de la reforma del Código Penal en esta materia, para hacer balance y debido a que se ha incrementado el número de fallecidos en los últimos tres años.
El informe analiza más de 580.000 juicios por delitos contra la seguridad vial y unas 450.000 condenas impuestas entre 2012 y 2015, y se completa con una encuesta a 1.700 conductores de toda España. El director de la Fundación, Francisco Valencia, ha presentado hoy sus conclusiones, que reflejan que más de 4,5 millones de conductores de los 26 censados (el 17%) reconoce haber cometido delitos como conducir bajo la influencia del alcohol o las drogas, ir a más de 200 kilómetros por hora por una autopista o circular sin permiso. Más de nueve millones ignoran que pueden ir a la cárcel por una cuestión relacionada con la seguridad vial, y once millones no sabe que conducir bajo la influencia de las drogas puede llevarles a prisión.
El estudio refleja asimismo que desde 2008 se han incoado casi 900.000 procedimientos judiciales sobre seguridad vial, de los que 650.000 han acabado en condena, y que ha aumentado notablemente la proporción de procesos que acaban en condena (del 66% en 2008 al 85% en 2015). La condena más habitual es por conducir bajo la influencia del alcohol o drogas, con un 60% de los casos, seguida por el hecho de conducir sin permiso (27%), provocar un grave riesgo para la circulación (7%) y negarse a hacer el test de drogas o alcohol (3,5%). Más de un tercio de todos los delitos que se cometen en España (el 35%) son contra la seguridad vial y actualmente hay unas 1.200 personas presas por éstos, siendo la conducción sin permiso (39%) y el homicidio imprudente (22%) las causas más habituales de ingreso en centros penitenciarios.
Los datos recabados reflejan que aproximadamente el 14% de los fallecidos en accidente de tráfico murió por conductas delictivas de otro conductor, lo que supone que alrededor de 2.400 personas han perdido la vida por estas prácticas en los últimos ocho años. Hombre de entre 41 y 50 años que conduce bajo la influencia de drogas o alcohol o sin carné es el perfil del condenado por delitos contra la seguridad vial, mientras que el perfil de los que reconocen que cometen estos delitos son hombres muy jóvenes, de entre 18 y 24 años, que han tomado drogas o alcohol, conducen sin carné o circulan a más de 200 kilómetros por hora. A la pregunta de si la Justicia es igual para todos en este ámbito, el 83% de los encuestados cree que es más laxa con los conductores famosos -como artistas o deportistas- y el 19% defiende penas más duras para éstos, como ejemplo.
El director de la Fundación Línea Directa ha destacado durante la presentación del estudio el caso del cantaor Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, quien en 2003 atropelló mortalmente en Sevilla a un hombre que cruzaba una calle con el semáforo en verde para los peatones, huyendo tras un "brutal" impacto. No tenía carné ni seguro. Farruquito fue condenado en 2007 a tres años de prisión por estos hechos pero pasó 14 meses en la cárcel, lo que causó "una fuerte alarma social" y propició "un punto de inflexión" que culminó con un cambio legislativo que se tradujo por ejemplo en que la mayoría de los juicios por infracciones en seguridad vial (el 85%) se celebran en menos de 48 horas, según Valencia.
Los datos por comunidades autónomas indican que Baleares, Murcia y Galicia son las regiones con mayor proporción de conductores condenados, seguidas por Cataluña y Valencia. Cantabria, Extremadura y Aragón están en el extremo opuesto.