Transexual
El Gobierno de Canarias tendrá que abonar al afectado algo más de 20.000 euros que es lo que le costó la operación en una clínica privada al no ofrecerle la Seguridad Social una alternativa.
Luis (nombre ficticio), aunque todavía con su anterior nombre y documentación de mujer, tenía 29 años cuando fue derivado por primera vez a la Unidad de Salud Mental del Hospital José Molina Orosa de Lanzarote. Sufría angustia por afrontar ser un hombre transexual y tenía ideas autolíticas. Ahí fue cuando le recomendaron que era conveniente empezar el tratamiento pertinente de cambio de sexo al diagnosticarle que tenía un trastorno de adaptación, conocido como disforia de género.
Es uno de los argumentos de la sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Canarias para considerar que la Sanidad Pública Canaria tenía que haberse hecho cargo de la operación de faloplastia, reconstrucción del pene, que Luis tuvo que asumir por su cuenta y que le costó 20.737 euros.
Cuando Luis acudió al Servicio Canario de Salud le dijeron que no podían facilitarle tal prestación, porque no estaba en su catálogo y no tenían un centro de referencia adecuado. Con la recomendación de la Unidad de Salud Mental, buscó atención médica y solicitó procedimientos médicos específicos, como la faloplastia, esenciales para su bienestar social y calidad de vida. El Alto Tribunal canario considera que su situación era de suma importancia y trascendencia desde el punto de vista médico y psicológico y dice la resolución que "se ajusta a la interpretación amplia de urgencia vital establecida por jurisprudencia".
Es por ese motivo que condenan al SCS a pagar la operación que en su día tuvo que costear de su bolsillo. Considera que "no se proporcionaron alternativas claras ni se realizaron gestiones adecuadas" para derivar a Luis a un centro de referencia.
Por contra, el TSJC no accedió a la petición de Luis de que el SCS sufragara también la operación de mastectomía o extirpación de senos a la que se había sometido en un centro privado y cuyo importe fue de 7.445 euros, porque llevaba menos de un año en tratamiento de hormonación.
Para la Asociación LGTBI 'Lánzate' de Lanzarote, la sentencia es cuanto menos sorpresiva por considerar que la operación de faloplastia es muy poco recomendada para las personas trans por los riesgos y las complicaciones posteriores que supone. También aseguran que el proceso de cambio de sexo va mucho más allá del cambio físico y que no es necesario someterse a un proceso de cambio de genitales para completar la transformación de género. Por otro lado también critican que el TSJC no haya accedido a sufragar el gasto de la mastectomía, ya que en este caso la nueva Ley Trans reconoce que no es necesario ni siquiera haber comenzado con el tratamiento hormonal para poder someterse a tal cirugía.
Esta sentencia, hecha pública ahora, ratifica la que en su día emitiera el Juzgado de los Social de Lanzarote en 2022 y que fuer recurrida por la sanidad canaria. En cualquier caso cabe recurso de casación.