Negligencia médica
El hospital Taulí de Sabadell, ha sido condenado a pagar una indemnización de 200.000 euros a la familia.
El año 2020 tuvo un gran impacto en la salud de nuestro país y del mundo entero. La llegada del COVID revolucionó los sistemas sanitarios llevándolos al límite y poniendo a prueba sus facultades. Fruto de esto, es la historia de una mujer que murió tras ser dada de alta antes de tiempo, cuando se estaba recuperando de un ictus.
El juzgado de lo contencioso-administrativo de Barcelona ha condenado al Servicio Catalán de Salud y al Hospital Parc Taulí de Sabadell por el fallecimiento de esta mujer que fue intervenida por un íctus y a la que dieron de alta antes de tiempo. La causa de la muerte fue ahogamiento, cuando se encontraba en su casa, según ha confirmado la ACN.
La sentencia explica que la decisión de darle alta fue negligente y se vio influenciada por lo que se ha señalado anteriormente: por esa falta de recursos y de espacio que los hospitales y centros hospitalarios vivían en ese momento. La intervención consistió en una traqueostomía, ya que alegaba que no podía tragar. Esto sucedió el 20 de febrero de 2020 y el 20 de marzo de ese mismo año, es decir, un mes después, recibió el alta. Su situación tras eso fue empeorando, tan solo cinco días después comenzó a presentar cuadros de fiebre y expulsión de sangre y mucosidad. El mismo hospital la atendió ese día telefónicamente y al día siguiente la visitó en su hogar. En ese momento le quemaron unos granulomas. Horas más tarde falleció a causa de ahogamiento, sin que los servicios sanitarios pudieran hacer nada para salvarle la vida.
La consecuencia de esto es que el CatSalud y el Taulí tienen que pagar a la familia de la víctima una indemnización de 200.000 euros al marido y a los dos hijos de la mujer. A esto no se añade la madre y hermano de la fallecida, a pesar de que la familia también lo reclamaba. El juzgado lo ha desestimado.
Sucede muy a menudo que los profesionales sanitarios cometen negligencias respecto a su trabajo. Un hombre se sometió a una operación por una hernia discal en 2007 en el Hospital Santa Ana de Motril (Granada) y se vio perjudicado por una serie de errores médicos que le complicaron su estado de salud. Días después de la intervención, el hombre comenzó a sentir dolores en las lumbares y volvió a acudir al hospital. Allí se le realizó una resonancia magnética en la que se produjo un segundo error médico: el diagnóstico señalaba "hallazgos compatibles con un absceso". Pero no era ningún absceso lo que tenía, sino una gasa que a los cirujanos se les olvidó sacar del interior. Esto lo descubrieron años más tarde, concretamente en 2021: una nueva resonancia por fin logró dar con el origen del dolor y descubrir el trozo de gasa. Se condenó al centro médico con una indemnización de 159.000 euros más los intereses devengados desde junio de 2022.