Agresión sexual
El hombre, de 47 años, aprovechaba los momentos en los que su pareja salía del domicilio para abusar de la menor.
La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a 14 años de prisión a un hombre por agredir sexualmente a su hijastra a lo largo de cuatro años. Además de la pena de cárcel, el condenado deberá abonarle 20.000 euros a la víctima junto los gastos terapéuticos y, si la sentencia es firme, se le impone una prohibición de acercarse a la joven a menos de 500 metros.
El hombre, de 57 años, vivía en una casa de Santa Cruz de Tenerife junto a su actual esposa, madre de la niña, la menor y otros hijos de la pareja. Según los hechos probados de la sentencia, el acusado aprovechaba los momentos en que la mujer se ausentaba del domicilio para abusar sexualmente de su hijastra, llegando a penetrarla en alguna ocasión.
Los abusos, que se repetían al menos una vez en semana, comenzaron en 2018, cuando la menor tenia 9 años, y se prolongaron hasta 2022, cuando ésta cumplió los 14. A pesar de la negativa de la menor, estos se intensificaron hasta llegar a producirse penetraciones, según recoge la sentencia.
El hombre se valía de la relación familiar que mantenían y la diferencia de edad para abusar de la menor, a la que llegó a amenazar con expresiones como "te voy a matar", tal y como recoge el fallo. Incluso, en ocasiones, el acusado recurría al castigo físico cuando la chica no accedía a sus peticiones, lo que generó un estado de terror en la menor.
Todo ello hizo necesario que la menor fuera sometida a tratamiento psicológico. La psicóloga del Cabildo de Tenerife aprecia la existencia de "secuelas graves compatibles con traumas complejos" y en el juicio dijo que fue la menor quien de forma espontánea le contó episodios concretos de lo sucedido.
La Sala considera que el relato de la víctima durante el juicio fue creíble y que no incurre en ninguna contradicción. En su intervención, la menor justificó que contó lo que ocurría por miedo a que le hiciera lo mismo a su hermana pequeña, pero también confesó que se sentía culpable de que el padrastro estuviera en la cárcel.
El condenado, por su parte, se negó a contestar a las preguntas de las partes pero ya había reconocido los hechos en el juzgado en fase de instrucción. En aquel momento, confesó que primero toqueteaba a la niña y que sólo llevó a cabo una penetración que fue consentida; dijo que era ella quien lo buscaba para jugar, que es más desarrollada de lo normal y justificó la denuncia porque le había quitado el móvil unos días antes.
La madre, por su parte, declaró en la vista oral que jamás percibió que estuviera ocurriendo nada extraño dentro de la familia y que su pareja era quien se encargaba de cuidar a los menores cuando salía a trabajar o hacer alguna gestión. Las pruebas periciales determinaron que en la cama de la niña había perfil genético del condenado y de una mujer que bien podía ser la víctima.
El hombre se encuentra en prisión provisional desde el 10 de marzo de 2022, cuando fue detenido a las afueras del instituto al que había ido a buscar a la menor, un día después de que ella llamara al 112 denunciando los hechos.
Por su parte, tras la denuncia la menor no ha regresado al domicilio familiar, sino que ingresó en un centro de protección de menores, siendo declarada en desamparo provisional con asunción de su tutela por parte de la Dirección General de Protección de la Infancia y de la Familia.
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