Droga
La Policía Municipal sorprendió a los dos agentes en una chabola y alegaron estar trabajando. El Tribunal Supremo ha confirmado la condena para los guardias civiles.
Dos guardias civiles han sido condenados a dos y un año de suspensión de empleo por acudir a la Cañada Real de Madrid a comprar y consumir droga. Los agentes fueron sorprendidos por la Policía Municipal en una de las chabolas del poblado situado a pocos kilómetros de Madrid.
Al ser descubiertos, ambos agentes alegaron que se encontraban allí porque "estaban trabajando". La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha confirmado la condena para ambos agentes por unos hechos que ocurrieron el 9 de enero de 2019. La sentencia recoge que la condena se produce por "abuso de atribuciones que cause grave daño a los ciudadanos o a la Administración".
Tras los hechos, los agentes fueron condenados a dos años y un año de suspensión de empleo y sin solicitar destino en Madrid por dos años. En este sentido, fueron reubicados en Peñafiel (Valladolid) y Vitoria (Álava) desde la comisaría de Tres Cantos, en Madrid, a la que pertenecían.
Así sucedieron los hechos
Ese día, una patrulla de la Policía Municipal se encontraba por los alrededores. Allí, vieron cómo un coche entraba a la barriada y decidieron realizar "un discreto seguimiento". El vehículo lo conducía uno de los guardias civiles y como copiloto iba un ciudadano rumano. La persona encargada de vigilar la entrada para los traficantes, conocido como 'machaca', les dio el visto bueno para acceder a una chabola "sospechosa para el tráfico de drogas, consumo y menudeo".
La Policía Municipal interceptó después el coche, propiedad del otro Guardia Civil, y los agentes reiteraron que se encontraban trabajando. Los municipales siguieron sospechado y continuaron con el seguimiento. Comprobaron, además, que el vehículo no era de trabajo sino de uno de los agentes a lo que se sumaba que nunca se habían identificado como agentes.
"Teniendo dudas de que fueran realmente miembros de Benemérito Instituto", pidieron refuerzos y detuvieron el coche en la A-3. En ese momento, realizaron un registro porque les pareció "irrazonable" que estando de servicio no llevaran armas. En el cacheo, encontraron una bolsita con una sustancia que pudiera ser estupefaciente en forma de roca. Los agentes acordaron informar a la Guardia Civil y el conductor dio positivo en cocaína y alcohol, mientras que el otro agente solo dio positivo en alcohol.