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Audiencia Nacional

Condenan a 18 años de cárcel a Pompeyo Gónzalez, el jubilado que envió cartas bomba a Moncloa y otras instituciones

La Audiencia Nacional ha condenado a Pompeyo González a 18 años de cárcel por terrorismo y por tenencia, fabricación, colocación y empleo de aparatos explosivos.

Pompeyo GonzálezEFE

Pompeyo González, un enterrador jubilado de 74 años de Miranda de Ebro (Burgos), ha sido condenado por la Audiencia Nacional a 18 años de prisión por enviar hasta seis cartas bomba. El hombre las mandaba a diversas instituciones: embajada de Estados Unidos y Ucrania en Madrid, Base Aérea de Torrejón de Ardoz , la empresa Instalaza en Zaragoza y, personalmente, a Pedro Sánchez y a la ministra de Defensa, Margarita Robles.

En la sentencia figura que de los 18 años que recaen sobre él, diez corresponden al delito de terrorismo y los ocho restantes al delito de fabricación, tenencia, colocación y empleo de aparatos explosivos.

Los hechos transcurrieron en 2022. De las seis misivas, solo una llegó a deflagrar causando heridas leves a un trabajador de la Embajada de Ucrania. Mientras que del resto, una fue neutralizada y las otras cuatro fueron detonadas por especialistas en explosivos del cuerpo policial. Tras varios meses de investigación, la Policía Nacional consiguió dar con él. El 27 de enero de ese mismo año entró en prisión preventiva.

El objetivo de Pompeyo González era llamar la atención de diversas instituciones y de la sociedad en general para que se dejase de enviar apoyo a Ucrania en el conflicto contra Rusia. Su modus operandi era fabricar los artefactos explosivos, introducirlos individualmente en cajas de madera, cuya apertura los detonaba, y remitirlos vía postal en sobres de cartón. Según la Sala, la cantidad de explosivo que enviaba era capaz de causar heridas de diversa gravedad dependiendo de la cercanía a la explosión y los órganos afectados tanto por la detonación como por los fragmentos expulsados.

Pruebas contra Pompeyo González

A pesar de que el acusado negaba la participación de los hechos, según los magistrados son muchas las pruebas que apuntan a su autoría:

  • Su perfil genético aparece en la parte externa de los sellos y sobres, y en piezas o fragmentos de los artefactos.
  • Las búsquedas en Internet sobre explosivos y componentes de artefactos.
  • Las búsquedas en Internet de las consecuencias que dejaban los explosivos en cada destino
  • La compra electrónica de sobres, etiquetas y diversas herramientas.
  • La aparición en su domicilio de tornillos, varillas y taladros con brocas de precisión iguales a las que tenían que haber sido utilizadas para fabricar los artefactos.
  • La tenencia de un dron con capacidad para transportar carga explosiva.

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