LOS MENORES FUERON EXPULSADOS
Seis jóvenes de 17 años han sido condenados por el Juzgado de Menores de Valladolid por acosar y agredir a un compañero de instituto, de 22 años, un trato degradante que fue grabado por otra compañera con el móvil y subido a las redes sociales.
El caso se produjo en enero de 2018 en un instituto de Valladolid, y consistió en agresiones en el aula, insultos, puñetazos en la cabeza y un hostigamiento reiterado que produjo en la víctima un estrés postraumático, depresión, baja autoestima e ideación suicida.
Todos ellos al pago de 6.000 euros en concepto de indemnización por el daño moral ocasionado, aún cursan estudios en el IES Ribera de Castilla con un "comportamiento correcto", mientras que el agredido y los otros cuatro agresores lo abandonaron, ha explicado este jueves a Efe el director del centro educativo, Fernando García.
"Son cosas que hay que afrontar, no puedes meter la cabeza debajo del suelo", ha añadido el director antes de referirse a la normalidad existente en el funcionamiento de la vida académica, "con unas estadísticas impecables" en materia de acoso escolar a pesar de ese episodio que "siempre puede ocurrir".
Los agresores fueron expulsados del instituto entre 21 y 29 días por una falta "muy grave" conforme al régimen disciplinario interno del centro y de acuerdo con el protocolo de acoso escolar puesto en marcha por la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León. La disciplina "es uno de los pilares para el buen funcionamiento del centro educativo y como parte de la formación integral de los alumnos", ha subrayado.
Los menores, que cursaban un modulo de Carpintería perteneciente a la familia de Madera y Muebles dentro de la etapa académica de Formación Profesional Básica, han sido condenados por un delito degradante y otro de lesiones leves para cinco de ellos, a los que les impone una indemnización de 6.000 euros por el daño moral ocasionado.
Los hechos fueron denunciados por la madre del joven después de que le llegaran tres vídeos en los que aparecían las agresiones; unas imágenes recogidas por otra compañera, que no ha sido condenada, y que las distribuyó en un grupo de WhatsApp.
El director del instituto ha precisado que la agresión se produjo dentro del aula, "en los tres o cuatro minutos de tiempo entre clase y clase", y que el centro educativo ha apoyado "en todo momento" a la familia del agredido, no solo desde el punto de vista académico sino también ante la justicia, ya que tanto él como dos docentes acudieron a declarar en el juicio como testigos.